Se necesita una respuesta con urgencia. La fecha límite del 31 de agosto de 2021, como fecha prevista para que los estadounidenses y aliados abandonen Afganistán, está cerca, incluso si todavía hay miles de afganos y extranjeros desesperados reunidos en el aeropuerto de Kabul. No es coincidencia que Biden le dijera a la nación el domingo pasado que la evacuación sería "dura y dolorosa" y que muchas cosas aún podrían salir mal. Las tropas estadounidenses, dijo el presidente, podrían haberse quedado más allá de la fecha límite del 31 de agosto para supervisar la evacuación. Una declaración acogida con beneplácito por los países aliados que operan en el aeropuerto de Kabul pero que no fue del agrado de los talibanes que amenazaron con reaccionar enérgicamente ante esta posibilidad.
Un funcionario de la administración dijo ayer a Reuters que Biden decidiría en 24 horas si prorroga o no la fecha final de retirada de sus tropas.
Además de la necesidad de evacuar a miles de estadounidenses, ciudadanos de países aliados y afganos que han trabajado con las fuerzas estadounidenses, los funcionarios del Departamento de Defensa dijeron que aún tomaría días transportar a los 6.000 soldados empleados para administrar el puente aéreo.
Algunos asesores de Biden se han opuesto firmemente a pasar del 31 de agosto. Biden podría, por lo tanto, dar la respuesta ya durante el próximo G7 hoy.
El representante demócrata de Estados Unidos, Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, dijo ayer a los periodistas después de una sesión informativa de inteligencia sobre Afganistán que no creía en una evacuación completa para el 31 de agosto, dada la cantidad de estadounidenses que aún no han sido evacuados.
Un portavoz del gobierno británico dijo que las evacuaciones británicas no podrán continuar una vez que las tropas estadounidenses se hayan ido. El canciller francés, Jean-Yves Le Drian, confirmó que se necesita más tiempo.
El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas, dijo que todo tendrá que decidirse en la cumbre del G7.
Mientras tanto, el caos del aeropuerto también ha interrumpido los envíos de ayuda.. La Organización Mundial de la Salud dijo que se bloquearon toneladas de suministros médicos porque el aeropuerto de Kabul estaba cerrado a vuelos comerciales.
El G7
El G7 liderado por Gran Bretaña de hoy podría producir una declaración conjunta sobre la evacuación de Afganistán y la necesidad de una solución política inclusiva que proteja los derechos fundamentales de todos los afganos.
El Departamento de Estado de Estados Unidos comentó en una nota el día antes de la cumbre: "Los líderes están de acuerdo en que las relaciones de la comunidad internacional con los talibanes dependerán de sus acciones, no de sus palabras". También hablará al alto nivel sobre la lucha contra el terrorismo, los esfuerzos humanitarios y la migración de refugiados.
La posición italiana
El uso de bases estadounidenses en suelo italiano, como Sigonella, ha sido aprobado para la compleja operación de evacuación que gestiona Washington. Draghi expresará su gran preocupación por todos los civiles afganos que permanecerán en el país a pesar de que considera al G7 una cumbre "mutilada" (faltan China, Rusia e India) para decidir sobre el futuro del país bajo el liderazgo de los talibanes. .
Según Farnesina, se deben encontrar elementos disuasorios a las represalias y la violencia de los talibanes contra los ciudadanos afganos que trabajaron con el gobierno anterior y que no serán evacuados. Entonces es necesario delinear una estrategia global que obligue a los talibanes a aceptar un mínimo de respeto a los derechos humanos y una firme condena al terrorismo.
Por tanto, Draghi tendrá como objetivo reiterar que será necesario anticipar el G20 para el próximo mes de septiembre, sentando las bases en el G7 de hoy para formar un primer acercamiento al consenso que, sin embargo, tendrá que expandirse a otros contextos geopolíticos, desde Moscú a Pekín. y que, en primer lugar, prevé el no reconocimiento del régimen talibán como entidad estatal y, en segundo lugar, la congelación de todos los fondos de ayuda internacional si no se reconocen algunas condiciones básicas de derechos humanos. Para este último punto, la posición de Rusia y China es decisiva, ya que se sabe que tienen intereses considerables en entablar relaciones privilegiadas con el naciente gobierno liderado por los talibanes.