🎤 Nao, ha llegado el robot asesor: una auténtica revolución en las actividades sociales

Tras las entrevistas de trabajo en Ikea y el trabajo como cuidadora, ahora llega el 'consejero': Nao, uno de los primeros robots sociales, ha tenido mucho éxito en motivar a quienes querían cambiar comportamientos y estilos de vida. Pero además de ayudar al hombre en sus deberes, los robots también son cada vez más hábiles en el juego. Después del póquer y el Go, la última frontera es la de los tríos, pero con el noble propósito de ayudar en la rehabilitación. Los dos hallazgos se describen en la revista Journal of medical internet research y en la revista Restorative Neurology and Neuroscience, respectivamente. Investigadores de la Universidad de Plymouth querían probar a Nao como consultora en entrevistas motivacionales, es decir, el tipo de entrevista de asesoramiento que se realiza para ayudar a la persona a cambiar de comportamiento. Los resultados fueron más que positivos: los voluntarios lo elogiaron, evaluaron las entrevistas con él como útiles y agradables, y apreciaron su falta de juicio. Tanto es así que en un caso incluso fue preferido al consultor humano. De hecho, logró animar a quienes querían hacer más actividad física a que expresaran en voz alta sus objetivos y dudas, aportando ideas y estimulando la conversación sobre cómo lograr este objetivo. “Gracias a que no se les percibe como críticos y moralistas - explica Jackie Andrade, coordinadora del proyecto - los robots son más efectivos que los avatares humanoides para dar este tipo de apoyo”. En el frente de los juegos, por otro lado, después de los éxitos de la inteligencia artificial en el ajedrez, el Go y el póquer, los robots también han demostrado que saben probar suerte en un trío más simple, pero con un propósito menos lúdico: ayudar a las personas en rehabilitación. En la Universidad Ben-Gurion del Negev, por otro lado, investigadores israelíes hicieron funcionar un brazo robótico con personas que debían recuperar el uso del brazo. En lugar de una hoja de papel en blanco, "el juego se jugaba usando vasos para colocar en los estantes, a fin de estimular el trabajo de los brazos", dice Shelly Levy-Tzedek, coordinadora del estudio. “Una persona puede recoger y poner muchas tazas mientras juega contra un brazo robótico, mejorando así su desempeño en diversas actividades diarias”, continúa. Una vez más, trabajar con un robot fue más desafiante, divertido e interesante que jugar en los estantes, pero contra un sistema de luces LED que se iluminaban para dictar los movimientos, ya fueran personas más jóvenes o mayores.

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