La ministra de Educación Lucía Azzolina ha firmado la Ordenanza que define los métodos de realización de actividades educativas para alumnos frágiles, es decir, estudiantes con enfermedades graves o inmunosuprimidas --con especial atención a estas últimas-- que estarían expuestos a una riesgo de contagio particularmente alto al asistir a clases cara a cara. La Ordenanza pasó el escrutinio del Consejo Superior de Educación Pública.
La Ordenanza tiene como objetivo proteger, al mismo tiempo, el derecho al estudio y el derecho a la salud de estos alumnos: las escuelas podrán recurrir a la enseñanza digital integrada o la educación en el hogar para estudiantes frágiles. En los casos de discapacidad grave asociada a fragilidad certificada, en los que sea necesario garantizar la presencia del alumno en el aula por situaciones emocionales particulares, las escuelas podrán adoptar formas organizativas adecuadas que permitan, incluso periódicamente, la asistencia a clases.
Estas medidas se aplicarán utilizando los profesores ya asignados a la clase a la que pertenecen y garantizando, en todo caso, la docencia presencial a los alumnos con discapacidad que no entran en la categoría de alumnos frágiles.