El primer día de apertura de la Puerta Santa con motivo del Año Santo, la Basílica de San Pedro fue escenario de considerables molestias para los visitantes. El doble recorrido organizado para acoger tanto a peregrinos como a turistas presentaba evidentes problemas críticos, especialmente para quienes accedían a la basílica a través de las Grutas Vaticanas.

Según informó Repubblica, mientras los peregrinos seguían el recorrido oficial para cruzar la Puerta Santa y obtener la indulgencia plenaria, los turistas se vieron obligados a pasar por el metro, donde los espacios estrechos y la falta de ventilación adecuada provocaron momentos de tensión y malestar. La situación se agravó y cientos de personas quedaron atrapadas en los túneles, algunas de las cuales sufrieron ataques de pánico. Una mujer, al sentirse asfixiada, comenzó a gritar y requirió asistencia inmediata.

Los problemas también fueron confirmados por los custodios de la Basílica, que intentaron gestionar la situación a pesar de las dificultades logísticas.

Las autoridades vaticanas ya están evaluando soluciones para evitar mayores inconvenientes. Entre las hipótesis sobre la mesa, un posible cambio de recorrido para los turistas, con la entrada trasladada al lateral de la oficina de correos, tradicionalmente utilizada como salida.

Estos problemas, aunque se esperan debido a la enorme afluencia de visitantes para el Jubileo, requieren una intervención oportuna para garantizar una experiencia segura y pacífica tanto para los peregrinos como para los turistas comunes y corrientes.

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