La Unión Europea debe reconocer los problemas del déficit de financiación del presupuesto de la UE debido a la retirada del Reino Unido y la necesidad de nuevas prioridades financieras. La concepción del futuro presupuesto de la UE debe basarse en una visión clara de las prioridades europeas y en la determinación de invertir en los sectores que garanticen el poder económico, la durabilidad, la solidaridad y la seguridad para el futuro ”, dice el documento. El margen de maniobra existente ha llegado al "límite". En este contexto, "habrá que tomar decisiones difíciles". Entre las hipótesis mencionadas, la introducción de nuevos recursos propios que permitirían a la UE percibir una parte de determinados impuestos como el impuesto a las transacciones financieras, la base imponible común de sociedades u otros impuestos sobre la electricidad, los combustibles, el señoreaje o las emisiones. La Comisión también prevé la posibilidad de reducir la parte del presupuesto reservada a la agricultura y la cohesión para financiar nuevos retos como la seguridad, la inmigración y la defensa. Para la PAC, el documento evoca la hipótesis de "una parte de la cofinanciación nacional para los pagos directos" y una reducción de las contribuciones a las "grandes explotaciones" para centrarse en los ingresos de los agricultores. Para la política de cohesión, la Comisión está considerando un aumento en la proporción de cofinanciación por parte de algunos países. En total, hay cinco escenarios descritos por la Comisión, desde “hacer menos juntos” hasta una “reforma radical” del presupuesto, pasando por la “continuidad” con el enfoque actual, en el documento de reflexión. “La forma en que evolucionará y se utilizará el presupuesto dependerá del futuro al que aspiremos para nuestra Unión y del nivel de ambición que establezcamos para forjar este futuro juntos.

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