Estimados proyectos de ley: el nuevo gobierno debe proporcionar al menos 35 mil millones en apoyo

Auge impago: si no se actúa con los recursos adecuados, el 30% de los hogares y pymes ya no podrán pagar la luz y el gas a final de año

La "herencia" que el nuevo Gobierno se encontrará como dote asciende al menos a 35 millones de euros. O mejor dicho, la cantidad que debería pagarse a finales de este año, al menos para reducir a la mitad los efectos de la actual crisis energética. De lo contrario, el riesgo de que muchos comercios y otras tantas familias no estén en condiciones de pagar sus facturas y, en consecuencia, que les corten el suministro es muy alto. Decir que es la Oficina de Estudios del CGIA.

¿Cómo se calculó esta cifra? Si tenemos en cuenta que, en comparación con el año pasado, las subidas del precio de la energía en Cuba en 2022 fueron de 127,4 58,8 millones de euros, a esa cantidad hay que restarle los 14 2021 millones de apoyo que brindó el gobierno de Draghi para contrarrestar las elevadas facturas. Esta última cantidad también incluye los aproximadamente 70 millones que aprobó ayer el Gobierno de Draghi. En comparación con XNUMX, por lo tanto, los hogares y las empresas, netas de las ayudas asignadas, tendrán que soportar el costo de un aumento en el costo de la electricidad y el gas de casi XNUMX mil millones de euros.

• También debe aprobarse la Ley de Presupuesto 2023

Ante la improbabilidad de que ese aumento se reponga a cero, según la Oficina de Estudios de la CGIA, el nuevo ejecutivo que "saldrá" de las urnas el 25 de septiembre deberá recuperar al menos la mitad (35 mil millones) al final de la año para apoyar a los que no tienen dinero para pagarles, de lo contrario el riesgo de que el país "colapse" es muy probable. Una apuesta económica que hará temblar las venas de las muñecas, dado que a finales de año, salvo que nos "deslicemos" hacia el ejercicio provisional, el nuevo Parlamento tendrá que aprobar también la ley de Presupuestos para 2023 por varias decenas de miles de millones de euros.

• Nos arriesgamos a que a finales de año el 30% de los hogares y pymes no puedan pagar sus facturas

Según la encuesta por muestreo realizada en febrero pasado por Arte, el 15,4 por ciento de las pymes y usuarios domésticos (muchos de los cuales son autónomos y números de IVA) no han cumplido con el pago de sus facturas de luz y gas. Los saldos vivos ascendían a 26 millones de euros, cifra que, entretanto, ciertamente ha aumentado. Hace siete meses el monto de las deudas promediaba entre 7-800 euros mensuales para usuarios domésticos, unos 5 euros para pequeñas empresas y números de IVA. Con las subidas que han caracterizado las facturas de la luz y el gas en los últimos meses, informa la Oficina de Estudios de la CGIA, corremos el peligro de que a finales de año haya al menos un 30 por ciento de usuarios domésticos y pymes sin poder pagar las facturas.

• Ayudas: 180 millones para Covid, “solo” 58,8 contra energía cara

Según muchos expertos, los efectos económicos negativos de las altas facturas que golpean a familias y empresas este año serían comparables a los causados ​​en los últimos 2 años por la pandemia. Recordamos que entre los cierres establecidos por decreto para muchos sectores económicos y las limitaciones a la movilidad de las personas impuestas por ley, entre 2020 y 2021 los sucesivos gobiernos han desembolsado 180 millones de euros en ayudas. Gracias a los refrigerios, las contribuciones a fondo perdido y los créditos fiscales, el país se ha mantenido en pie. Por supuesto, la deuda pública respecto al PIB había subido al 155 por ciento (año 2020), sin embargo la crisis social seguía bajo control y nuestro país, con una intensidad superior a muchos otros, logró recuperarse. Prueba de ello es que, a la fecha, si bien aún se encuentra en un umbral muy preocupante, la relación deuda/PIB se ha reducido al 148 por ciento. Con la crisis energética, sin embargo, en 2022 las medidas para paliar las facturas caras ascendieron a 58,8 millones de euros; recursos que, cabe destacar, han sido asignados sin recurrir a ninguna variación presupuestaria, aunque a todos les resulte evidente que parecen insuficientes para hacer frente a una crisis energética que nos ha hecho retroceder casi 50 años. Al menos hasta que la Unión Europea imponga un tope al precio del gas y el desacoplamiento entre éste y el de la electricidad producida a partir de renovables.

• No hay alternativa: es necesario hacer la variación del presupuesto

Los primeros 100 días del nuevo ejecutivo estarán plagados de problemas y dificultades. Lo sabíamos. Y quien gane las elecciones, sobre todo al principio, tendrá pocos recursos económicos disponibles. Igualmente conocido. Sin embargo, si se aprueban estas medidas para contener los incrementos de los costes energéticos, habrá que recuperarlos mediante un nuevo déficit. De lo contrario, para muchos proveedores, el impago/la morosidad de los usuarios, especialmente las facturas de noviembre y diciembre, que se encuentran entre las más caras del año, experimentarán un aumento nunca antes visto. Está claro que, al menos hasta que la UE llegue a un acuerdo sobre la introducción de un tope en el precio del gas y la desvinculación de este último del de la electricidad producida con renovables, lo único que se puede hacer es recuperar empresas y familias en dificultades , compensando al menos la mitad del aumento del coste de la energía, recuperando recursos mediante un aumento de la deuda pública. Obviamente con el consentimiento de Bruselas que, mientras tanto, debería relajar las restricciones reglamentarias sobre las ayudas estatales.

• “Solo” un tercio de nuestra deuda pública está en riesgo 

Gracias a la inyección masiva de liquidez introducida en los últimos 5-6 años por el BCE con la flexibilización cuantitativa, un tercio de nuestra deuda pública ahora está en manos de Frankfurt. Por lo tanto, más de 900 mil millones estarían prácticamente "protegidos" de cualquier forma de especulación financiera internacional. Si tenemos en cuenta que cerca de otro 66 por ciento de la parte restante está en manos de ahorradores italianos (familias, bancos, compañías de seguros, etc.), significa que "solo" un tercio de la deuda pública italiana total estaría en manos de inversores extranjeros que, potencialmente, podrían “desencadenar”, si no consideran solvente a nuestro país, un fuerte aumento del diferencial y el consiguiente desplome financiero. Habiendo constatado que la situación es menos crítica de lo que parece, esto no quiere decir que podamos aumentar drásticamente el gasto público, ignorando a todo ya todos. Dios no lo quiera. Sin embargo, si no queremos que se cierre una parte importante de nuestra economía, en nuestra opinión es necesario disponer de otros 35 millones de ayuda antes de fin de año que podrían, en última instancia, compensarse con una correspondiente aumento de la deuda pública.

• ¿Alternativamente, gravar las ganancias adicionales de las empresas de energía al 75%?

Como alternativa al desfase presupuestario, ¿se podrían recuperar los 35 millones de euros necesarios para "salvar" a tantas familias y tantos negocios mediante el endurecimiento de la fiscalidad de los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas? ¿Parece factible esta propuesta, lanzada en los últimos días por algunos líderes políticos italianos? En teoría sí, aunque cabe señalar que con la tributación actual fijada por decreto en el 25 por ciento, Hacienda pretende recaudar algo más de 10 millones de euros. Por tanto, para recaudar los 35 millones sería necesario llevar el nivel de tributación a alrededor del 75 por ciento. Cabe recordar que, sin embargo, las energéticas, al vencimiento de la primera cuota prevista hacia finales de junio pasado, pagaron algo menos de 1 millones frente a los 4 previstos; ¿Estarían "de acuerdo" en triplicar el impuesto?

Estimados proyectos de ley: el nuevo gobierno debe proporcionar al menos 35 mil millones en apoyo