CGIA. Es el último fin de semana que estamos trabajando para el IRS.

Este que estamos por concluir es el último fin de semana del año que trabajamos para el recaudador de impuestos. En términos puramente teóricos, de hecho, el próximo miércoles los contribuyentes italianos1 terminarán de pagar los impuestos, tasas y cotizaciones sociales necesarios para el funcionamiento de las escuelas, los hospitales, el transporte, para pagar los salarios de los empleados públicos, las pensiones, etc. El jueves 8 de junio, por tanto, celebramos el “día de la liberación de impuestos”; es decir, si desde principios de enero hasta el 7 de junio trabajamos para cumplir con las exigencias de las autoridades fiscales, desde el día siguiente hasta el próximo 31 de diciembre, sin embargo, lo haremos por nosotros y por nuestras familias. De este caso escolar desarrollado por la Oficina de Investigación del CGIA se desprende que para el año en curso se necesitaron 158 días hábiles (sábados y domingos incluidos) para cumplir con todos los pagos de impuestos previstos este año (Irpef, Imu, Iva, Irap, Ires, varios sobretasas, contribuciones a la seguridad social/seguros, etc.). En comparación con 2022, el día de la libertad fiscal de este año "cae" un día antes.

La metodología de cálculo

¿Cómo se llegó a establecer que el 8 de junio es el “día de la liberación fiscal” de 2023? El PIB nacional estimado previsto para este año (2.018.045 millones de euros) se dividió en 365 días, obteniendo así una cifra media diaria (5.528,9 millones de euros). Posteriormente, se "recuperaron" las previsiones de ingresos por impuestos, tasas y cotizaciones a la seguridad social2 que pagarán los perceptores de rentas este año (874.132 millones de euros)3 y se compararon con el PIB diario. El resultado de esta operación permitió a la Oficina de Estudios de la CGIA calcular el día de libertad fiscal de 2023 158 días después del inicio del año, es decir, el próximo 8 de junio.

En 2022 récord histórico de la carga tributaria

Desde 1995, la fecha del "día de liberación fiscal" más lejano en el calendario se produce en 2005. En esa ocasión, la carga fiscal se situó en el 39 por ciento y los contribuyentes italianos fue "suficiente" para llegar al 23 de mayo (142 días hábiles) para dejar atrás el compromiso económico exigido por las autoridades fiscales. Aún observando el calendario, el más “retrasado”, sin embargo, se registró en 2022, cuando la carga tributaria alcanzó el récord histórico de 43,5 por ciento y, en consecuencia, el “día de la liberación tributaria” el 9 de junio. Es correcto señalar que el pico histórico de la presión fiscal alcanzado el año pasado no es atribuible a un aumento de la tasa impuesta a hogares y empresas, sino a una serie de otros factores que se concentraron en 2022. En particular: desde la el encarecimiento de los productos energéticos importados y el marcado aumento de la inflación que hizo subir la recaudación del IVA; por el aumento del empleo que contribuyó a un aumento de los impuestos directos y de las cotizaciones a la seguridad social. Al mismo tiempo -en cumplimiento de los dictados europeos en materia de contabilidad pública- los recursos para financiar las primas de construcción y los créditos fiscales, estos últimos introducidos para paliar facturas elevadas, se clasificaron como mayor gasto público y no como menor recaudación.

En la UE, solo Francia y Bélgica pagan más que nosotros

El "día de la liberación fiscal" no es un principio absoluto, sino un ejercicio teórico que demuestra empíricamente, si todavía hubiera alguna necesidad, cuán excesiva es la carga fiscal que pesa sobre los italianos. Una especificidad que emerge de manera igualmente evidente cuando comparamos nuestra carga fiscal con la de los países de la UE. En 2022, de hecho, solo Francia y Bélgica registraron una carga fiscal superior a la nuestra. Si en París la presión fiscal era del 47,7 por ciento del PIB, en Bruselas se situó en el 45,1 por ciento. Aquí, en cambio, alcanzó el umbral récord del 43,5 por ciento. Entre los 27 de la UE, Italia se "ubicó" en el tercer lugar. Alemania, por su parte, ocupa el puesto 9 con una carga fiscal del 41,9 por ciento, mientras que España ocupa el puesto 12 con un 38,5 por ciento. La media de los países de la Eurozona fue del 41,9 por ciento.

Cuello de botella fiscal de junio: 115 plazos, en promedio 4 por día

Si el estudio de la CGIA representa un caso escolar real, la realidad, desafortunadamente, todavía tiene niveles muy altos de complicación/dificultad. En este mes de junio, por ejemplo, los contribuyentes italianos son "esperados" por hasta 115 "citas" fiscales, en promedio casi 4 por día. El calendario incluye:

  • 50 plazos (impuesto sustitutivo, IVA, retenciones en origen, impuesto Tobin, impuesto de espectáculos, etc.), hasta el 16 de junio;
  • 1 comunicación de la tarifa de TV antes del 20 de junio;
  • 55 pagos (Irpef, sobretasas, cupón seco, retenciones, IVA, IRES, Irap, impuestos sustitutivos, etc.), 4 declaraciones (Irpef, sustitutivo, Intra, etc.), 4 comunicaciones (contratos de arrendamiento, información financiera a efectos fiscales entre Estados de la UE, etc.) y una solicitud de licencia de TV antes del 30 de junio.

Estos plazos, obviamente, no afectarán a todos los contribuyentes, sin embargo dan una idea de la engorroso y complejo sistema de nuestras Administraciones Tributarias.

Las regiones más ricas pagan más impuestos

Son los ciudadanos de la Provincia Autónoma de Bolzano quienes pagan el mayor número de impuestos a las autoridades fiscales. En 20194, cada vecino de esta zona pagó una media de 13.158 euros en impuestos, tasas y tasas. Le siguen los lombardos con 12.579 euros, el Valle de Aosta con 12.033 euros, el Emilia-Romagna con 11.537 y el Lazio con 11.231 euros. Calabria, por el contrario, es la zona donde la "carga" de las autoridades fiscales es menor: cada vecino de esta zona pagó una media de 5.892 euros a Hacienda. La media nacional es igual a 9.581 euros.

La fuerte brecha entre el norte y el sur del país no debe sorprendernos. Nuestro sistema tributario, de hecho, se basa en el criterio de la progresividad. Por lo tanto, en regiones donde los niveles de ingresos son más altos, gracias a mejores condiciones económicas y sociales, los ingresos fiscales también son más altos que en otros lugares. Asimismo, cabe señalar que en áreas geográficas donde el sector primario tiene un impacto significativo en el conjunto de la economía, los beneficios previstos por el legislador (en particular, las deducciones fiscales) reducen significativamente la base imponible de los contribuyentes pertenecientes a estas actividades y, en consecuencia, también el total de los ingresos por impuestos pagados al Tesoro por esa región. Finalmente, para el cálculo de la renta per cápita regional se consideró el monto total de impuestos pagados a las autoridades fiscales por cada territorio, por lo que la cifra será mayor especialmente en las realidades geográficas donde la presencia de actividades económicas es más generalizada. 

Algunas aclaraciones sobre el cálculo del "día de liberación de impuestos"

La carga tributaria siempre ha medido la “carga” del contribuyente sobre los contribuyentes, pues se calcula a través de la relación entre el monto total de impuestos y contribuciones pagados al Estado y el PIB.

Con los años, sin embargo, la carga fiscal ha cambiado de "cara"; En cumplimiento de la normativa de contabilidad pública de la UE, muchas medidas que contribuyen a reducir la carga fiscal de los contribuyentes se califican ahora como mayores gastos del Estado y no como menores ingresos fiscales o de la seguridad social. En el Documento Económico y Financiero (DEF) 2022, los técnicos del Ministerio de Economía y Finanzas cuantificaron los recursos contabilizados como mayor gasto en más de 35,5 millones, lo que contribuyó a reducir la carga fiscal de los ciudadanos. Esto incluye, por diversas razones, los créditos y deducciones fiscales concedidos a hogares y empresas, también utilizados más allá del límite de capacidad en la declaración, a los que se agregan las desgravaciones fiscales en beneficio de determinadas categorías de contribuyentes o zonas geográficas. Si hubiéramos tenido en cuenta estas especificidades, asumimos que el "día de liberación de impuestos" de 2022 habría "ocurrido" unos días antes de los datos informados en la Tabla 1 de este documento.

Además, en el DEF 2023, se informa que siguiendo los nuevos lineamientos de la contabilidad nacional, se han reclasificado las deducciones vinculadas al Superbono 110% y al Bono fachadas. Estos últimos se han transformado de menores ingresos, en el período de su uso, a mayores gastos, a partir del período en que se introdujo el subsidio. En el trienio 2020-2022, por ejemplo, esta reclasificación afectó alrededor del 4,6% del PIB. Esta novedad ha supuesto una revisión al alza de los ingresos tributarios. Aún con respecto a 2023, el DEF carece de una cuantificación oficial de la carga tributaria real, sin embargo, fácilmente se puede suponer que la situación no difiere mucho de la de 2022, considerando que la mayoría de las intervenciones están dirigidas a reducir la carga tributaria en para los ciudadanos y las empresas. Al respecto, cabe señalar lo siguiente:

  • medidas contra el coste de la energía, bonificaciones a las empresas (electricidad y gas), la rebaja de la tarifa del gas natural y la reducción de los costes generales del sistema;
  • intervenciones sobre la cuña fiscal que dan lugar a una reducción de las cotizaciones a la seguridad social a cargo de los trabajadores;
  • la extensión del impuesto de tasa única a las pequeñas empresas y la introducción del impuesto de tasa única incremental.

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