Un suero para convencer a los presos de que digan toda la verdad. Esto es lo que surgió de los documentos de una comisión de investigación de la CIA estadounidense que a lo largo de los años habría lanzado un programa para producir un suero para inocular presos gracias a médicos complacientes y desafiando su juramento hipocrático.

La CIA se vio obligada a revelar prácticas ilegales y a utilizar a algunos prisioneros como conejillos de indias gracias a una comisión de investigación que llevó a la Agencia Central de Inteligencia a producir un informe de 90 páginas admitiendo estas prácticas. Y ni siquiera es la primera vez desde que en el pasado, especialmente en la época de la Guerra Fría, el 007 de EE.UU. buscó nuevas estrategias, incluidas las médicas, para derrotar al enemigo.