Copasir: "Covid-19 y desinformación"

Raffaele Volpi Presidente de Copasir

La Comisión Parlamentaria para la Seguridad de la República toma nota del análisis en profundidad realizado por el Honorable Borghi (PD) y lo expresa Preocupación por el uso de técnicas para hacer viral la noticia: sobre todo la pandemia COVID-19 estuvo en el centro de una actividad de desinformación online generalizada, en la que actores estatales, actores estructurados (think tanks, stakeholders, profesionales de la comunicación) , especuladores y grupos industriales con fuertes intereses en sus países de origen), que pretenden manipular el debate político interno, incidir en los equilibrios geopolíticos internacionales, incitar a la subversión del orden social y desestabilizar la opinión pública sobre la difusión de contagio y medidas de prevención y tratamiento.
Perfiles falsos, relanzamiento de publicaciones de facebook, sitios extranjeros que difunden noticias engañosas de forma coordinada en numerosas plataformas y cuentas, son solo algunas de las formas de fenómenos de desinformación atribuibles al mundo de la web, orientados a crear una sobrecarga de información sobre la identificación de vacunas, Remedios terapéuticos eficaces y herramientas de diagnóstico frente a la infección por COVID-19.
La actividad infodemia detectada se enmarca en un contexto geopolítico en el que el Coronavirus representa el escenario perfecto que esperaban algunos regímenes autocráticos para mostrar una supuesta - y no comprobada - mayor eficiencia y capacidad, frente a las democracias occidentales.

Incluso con diferentes posturas sobre la idea del orden global, los principales actores de la campaña de desinformación han insertado esta actividad en un marco de paralelismo, posicionando a Italia como un objetivo.
Además, las características de la actividad desarrollada también estaban sujetas a verificación por parte del Servicio Europeo de Acción Exterior (Agencia diplomática de la UE), que registró la difusión de noticias falsas en inglés, español, alemán y francés para alimentar el pánico y crear un clima de desconfianza al obstaculizar la comunicación oficial europea en respuesta a la crisis epidemiológica.
En este contexto, las relaciones internacionales, lejos de limitarse a órganos institucionales y declaraciones oficiales, también pueden verse afectadas por la acción de una pluralidad de actores estructurados, que tienden a apoyar o desacreditar la reputación del Estado no solo a través de la desinformación, sino a menudo con la difusión de mensajes engañosos, descontextualizados o parciales que lleguen a audiencias globales. Aprovechando la extrema sensibilidad de la opinión pública sobre el tema, se tiende a fomentar la polémica contra la Unión Europea y los países de la Alianza Euroatlántica.

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