(por Giancarlo De Leo, miembro de AIDR y consultor de publicaciones médicas y salud digital) En este período de pandemia Sars-CoV-2 completa, los servicios de salud de todo el mundo se enfrentan a cambios fundamentales y disruptivos.

El envejecimiento de la población, con el corolario de enfermedades crónicas y discapacidades, la disponibilidad de nuevos tratamientos y tecnologías, la demanda de calidad por parte de los usuarios, están aumentando los costos de los sistemas de salud.

Para contener el gasto en salud, los gobiernos han implementado una serie de medidas tanto a nivel nacional como local.

El proceso de reforma del Servicio Nacional de Salud italiano ha establecido que los niveles esenciales de asistencia están vinculados a los objetivos de la planificación sanitaria nacional y regional y al monto de la financiación asegurada.

La introducción de elementos vinculantes en la organización sanitaria italiana ha supuesto, en consecuencia, la asunción de responsabilidades de gestión por parte de los profesionales que alcanzan puestos de responsabilidad por competencias clínicas y / o técnicas.

Los profesionales de la salud están tradicionalmente capacitados en la atención al paciente, pero no en la gestión de recursos; por lo tanto, están llamados a enfrentar desafíos de gestión para los que la preparación fue breve o casi inexistente.

De ello se desprende que la forma de gestionar las personas y las actividades suele estar vinculada a esquemas rígidos e ineficientes, basados ​​en la cultura o el instinto personal más que en una elección racional y estratégica de herramientas y estilos; en la planificación de la gestión tradicional, de arriba hacia abajo, en lugar de participativa.

En una organización sanitaria, las personas representan la mayoría de los recursos.

Deben organizarse sus habilidades y potencial. Sobre todo, la gente necesita ser guiada y motivada. La mayoría de los profesionales de las organizaciones sanitarias, médicos, enfermeras, técnicos sanitarios de laboratorio biomédico, técnicos sanitarios en radiología médica, ingenieros clínicos, psicólogos, biólogos, etc., cuentan con una titulación, una sólida formación académica y una clara conciencia de su profesionalidad. .

El control de actividades y personas, función fundamental en la descripción clásica de gerente, no produce resultados en las organizaciones sanitarias modernas.

El control debe ser reemplazado por el liderazgo, por la capacidad de ofrecer una visión, motivar, delegar, capacitar a los colaboradores para brindar el servicio de la manera más efectiva y eficiente posible para el paciente y la organización.

El éxito de una organización de salud cuyo propósito es mantener y promover la salud de las personas y las poblaciones depende cada vez más de la capacidad de integrar a las diversas figuras profesionales en un grupo de trabajo (equipo).

El e-liderazgo en salud

La definición de habilidades de e-Leadership no es única: junto con las habilidades digitales, se necesitan habilidades transversales (típicas del líder) y habilidades específicas del sector.

Las habilidades de e-Leadership se refieren a la capacidad de aprovechar al máximo las oportunidades que ofrecen las tecnologías digitales dentro de cualquier tipo de organización y se sitúan en el medio entre las habilidades básicas y las especializadas.

Es una categoría amplia de competencias, difícil de definir, pero que representa el verdadero desafío de la innovación: competencias informáticas que todos los trabajadores (no solo los profesionales de las TIC) deben tener, necesarias para "imaginar, proponer, promover, animar" transformación digital en todas las organizaciones, grandes y pequeñas, públicas y privadas.

Habilidades que permiten introducir la innovación digital en la organización específica (y en el sector de mercado específico) en la que opera.

Esta área de especialización incluye las fundamentales relacionadas con el conocimiento de lo que representa un proyecto de transformación digital, de qué actores involucra y cuánto cuesta, de cuáles son los beneficios esperados y cuestiones críticas en cuanto a la operación, el uso de redes. , redes sociales, temas de seguridad y ciclos de vida, bases de datos, privacidad y ciberseguridad, etc.

Estas competencias son transversales y válidas en todos los contextos, como el de la Salud.

En su expresión más completa, el e-líder es una figura destacada, un directivo en una gran organización, un ejecutivo en una administración pública, un emprendedor o una figura cercana a él en una pequeña o mediana empresa y en el sector de la salud. , director de una organización sanitaria, director de un hospital, jefe de enfermería en una sala de hospital, etc.

La "construcción" de esa profesionalidad es un camino largo, complejo e infructuoso que no está garantizado y es el resultado de una continua integración de competencias:

  • aprendido en la escuela y la universidad (formal);
  • adquiridas tanto en la trayectoria profesional gracias a la experiencia acumulada en el propio puesto de trabajo (no formal) como gracias a actividades formativas en el puesto de trabajo estructuradas (informal).

A todo esto se suma una actitud vocacional específica y difícil de formar.

En definitiva, el e-leader es el resultado de un curso de formación complejo y una fuerte actitud personal: tiene un equipamiento extra.

Esta figura preciosa y difícil requiere un bagaje cultural completo y complejo, que va desde el conocimiento fundamental del mundo digital hasta la cultura del liderazgo.

De hecho, puede ser apropiado pensar en nuevos cursos de formación superior que combinen habilidades contextuales especializadas: p. Ej. habilidades de salud con altas habilidades que caracterizan el e-Leadership, desde la cultura digital hasta las habilidades blandas y altas habilidades de gestión.

Por tanto, sería deseable, a la luz de lo que estamos viviendo, y de un crecimiento descontrolado del big data, que finalmente podamos hipotetizar en nuestro país la creación de un Plan Nacional de Formación en Salud Digital y e-Leadership en Sistemas Complejos, como el de Salud, que prevé la evaluación, formación y certificación de las competencias digitales de todo el personal (directivo, clínico, sanitario, técnico y administrativo) que labora en este sector.

Y no olvidemos que la buena información es la mejor medicina (Donald AB Lindberg, Biblioteca Nacional de Medicina).

Del liderazgo al e-Leadership en el sector sanitario en la época de Covid

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