Digitalización en el sector público: se necesita una plataforma para el desarrollo de software

(por Francesco Pagano, Director de Aidr y Jefe de servicios de TI en Ales spa y Scuderie del Quirinale) La estrategia de digitalización del sector público en Italia es ambiciosa y absolutamente necesaria para cerrar rápidamente una brecha que corre el riesgo de penalizar fuertemente a nuestro país. Los objetivos señalados en el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR), en esta perspectiva, representan el horizonte hacia el que todos los operadores del sector deberán avanzar y prometer definir un ecosistema digital que traerá consigo una mayor eficiencia y flexibilidad tanto en la gestión de las relaciones con la ciudadanía, y en el funcionamiento de los organismos implicados. Mirando el camino al que nos enfrentamos, sin embargo, es fundamental centrarse en algunos elementos y establecer apuestas rigurosas que nos permitan afrontar correctamente el proceso de digitalización, partiendo por ejemplo de la definición de procesos de desarrollo de software.

Detrás de escena: una herencia compartida

El desarrollo de aplicaciones y servicios, en el imaginario colectivo, es un proceso de "creación" que parte de cero. La realidad, como saben los expertos de la industria, es muy diferente. El desarrollo de software es más bien una operación de ensamblaje, en la que los programadores utilizan componentes prefabricados de todo tipo (desde bibliotecas hasta servicios), a menudo disponibles a través de "paquetes de desarrollo" (Software Development Kit o SDK) puestos a disposición por los desarrolladores de sistemas operativos móviles y de escritorio. , así como recursos de todo tipo que a menudo se publican bajo una licencia de código abierto. A estos se suman las herramientas de depuración, análisis de funcionalidad y gestión del uso de usuarios proporcionadas por empresas privadas. En resumen: cualquier aplicación, plataforma o servicio es en realidad una suma de componentes que, en muchos casos, han sido producidos por otras partes y se combinan para brindar un servicio más complejo. Pero, ¿qué nivel de control podemos tener sobre todos los aspectos del funcionamiento de un software creado de esta manera?

Desde la protección de la privacidad hasta el riesgo de distorsiones: todos los temas críticos

El riesgo al que nos enfrentamos está principalmente ligado a esa mezcla entre lo público y lo privado que muchas veces se define como un factor “virtuoso” al que acudir para acelerar los procesos de digitalización. En particular, uno de los factores críticos está representado por el hecho de que el componente privado, por su propia naturaleza, tiene objetivos diferentes a los del público. En el diseño de cualquier herramienta digital, el sector privado tiene como objetivo monetizar el servicio, que a menudo está representado por la recopilación de información sobre los usuarios. Una actividad que cumple unos límites precisos, tanto a nivel lógico como a nivel más puramente normativo, cuando los datos que se tratan se refieren a actividades sensibles como las relacionadas con la relación con la Administración Pública. El caso de la aplicación IO, que recientemente se sometió a una importante revisión tras los hallazgos de la Autoridad de Protección de Datos Personales, es un ejemplo perfecto del riesgo que acecha en este proceso de desarrollo. Como destacó el Garante, los problemas de privacidad no dependían de errores de diseño, sino que estaban relacionados con el uso de componentes y servicios proporcionados por terceros.

Prepara el mejor contexto

Plantearse el problema de la adecuación de los procesos de desarrollo de herramientas digitales en el sector público, por tanto, es una premisa indispensable para evitar posibles cortocircuitos o, peor aún, encontrarse atrapado en un círculo vicioso en el que las verificaciones posteriores acaban pesando. camino entero. El primer paso a dar, por tanto, debe pasar por la creación de una "caja de herramientas" que permita a los operadores del sector recurrir a recursos y herramientas cuyo cumplimiento de objetivos y normativas sea verificado y comprobable. Quizás basándose en ese mundo de código abierto del que otras naciones ya han hecho un uso extensivo.

Digitalización en el sector público: se necesita una plataforma para el desarrollo de software