Escribo, ERGO SUM. Pero, ¿ofrecen las ciudades los servicios necesarios?

(por Vito Coviello AIDR miembro y Responsable del Observatorio de Tecnologías Digitales en el sector del transporte y la logística) La revolución digital ha dado lugar a los "nativos digitales": niños, adolescentes y jóvenes que desarrollan una nueva forma de comunicación y llevan una existencia profundamente nueva. Al pasado.

Pero la revolución digital ha sorprendido y arrastrado a todas las generaciones, empujándolas con fuerza a un vórtice de cambios rápidos.

Desde el cogito ergo sum de Descartes, hasta el dubito ergo sum de San Agustín, hasta el actual… Tecleo ergo sum, pues.

Pero, ¿la revolución digital también está cambiando positivamente nuestras experiencias de movilidad urbana?

¿Nuestras ciudades ya son capaces de aprovechar al máximo el potencial de innovación tecnológica y digital disponible?

Hoy, en comparación con el pasado, ciertamente hay una gran atención de las regiones y municipios con respecto a las ciudades: a todos les gustaría hacerlas cada vez más inteligentes y ecológicas.

Encontramos el término ciudad inteligente en todas partes: no hay autoridad pública, alcalde, grupo político que no hable de carriles bici, nuevos servicios para la ciudadanía, nuevos sistemas de reserva y acceso a los servicios que ofrece la Sanidad, nuevos sistemas de transporte.

Todos queremos “ciudades inteligentes” basadas en la innovación tecnológica y digital pero… ¿cuándo será posible dar a los ciudadanos un nivel de servicio que aproveche al máximo toda la tecnología disponible?

Muchas ciudades europeas están adoptando IOT y plataformas basadas en la nube para:

  • Proceder a una recogida sistemática y ordenada de datos en tiempo real, gracias al uso de dispositivos inteligentes (sensores, cámaras, ...)
  • Organice los datos recopilados de forma centralizada
  • Transmitirlos a todas las infraestructuras creadas para su uso
  • Continuar con el análisis de datos para tomar decisiones en tiempo real o planificar intervenciones para resolver un problema específico o riesgo potencial;
  • Monitorear la ciudad con los diferentes centros operativos integrados entre sí.

Los dispositivos inteligentes pueden permitirle conocer, por ejemplo:

  • La situación del tráfico urbano indicando rutas alternativas;
  • El nivel de ocupación de un transporte público (contar pasajeros y asientos libres);
  • Tiempos de espera para un vehículo que tiene asientos libres (especialmente importante en las franjas horarias de
  • El primer hospital y la fecha más temprana para un examen / visita a un especialista
  • Cómo acceder a determinados servicios mediante sistemas de reconocimiento facial (acceso a oficinas públicas, check-in ...)
  • Y mucho más …

Hay muchas iniciativas en marcha en todas las grandes ciudades europeas y extraeuropeas, también teniendo en cuenta la fuerte concentración de la población en las áreas metropolitanas y la demanda cada vez mayor de servicios.

Autobuses, trenes y metro, por ejemplo, gracias a los sensores, las cámaras instaladas y las conexiones 5G, son capaces de enviar enormes flujos de datos a los centros de control y desde aquí los datos son analizados por inteligencias artificiales capaces de detectar situaciones peligrosas, omisiones de validación de boletos de viaje y mucho más.

Pero si la tecnología es tan avanzada, ¿qué falta todavía para que las ciudades sean realmente inteligentes?

Se necesitan fuertes inversiones, sin duda, pero también es necesario planificar a medio / largo plazo el diseño e implementación de un nuevo sistema de recolección de datos a través de plataformas integradas, realizar una revisión profunda de los procesos y dotarse de los sistemas y medios necesarios para ofrecer un verdadera mejora global de los servicios.

Pero no basta con dispersar las carreteras con sensores para obtener toda la información sobre el tráfico si las carreteras no son transitables porque están llenas de huecos.

No basta con tener un solo bus super equipado capaz de comunicar datos con sistemas altamente sofisticados a los centros operativos, si no se prevé la sustitución progresiva de todos los medios de transporte público para ofrecer una mejora concreta del servicio y reducir el nivel de contaminación.

No basta con tener un sistema de reservas muy sofisticado en la ciudad para acceder a los servicios de los ASL y laboratorios, solo para descubrir que la visita solo se puede realizar después de unos meses, es necesario fortalecer los servicios de salud.

No basta con tener un sistema que nos diga cuándo en tiempo real

El transporte público pasará en nuestra parada, pero también debes asegurarte de que tenga asientos disponibles y que sea frecuente en las horas punta.

No es suficiente rehacer toda la superficie de la carretera si no se planean primero las intervenciones para los sistemas de agua, alcantarillado, la mejora del sistema de conectividad u otras intervenciones que harán de la carretera recién pavimentada un queso suizo.

Por ello, el respeto al medio ambiente y a la ciudadanía debe ser el centro de atención para diseñar las áreas metropolitanas que queremos tener en 5 años.

la revolución digital ya está en marcha, necesitamos hacer que nuestra capacidad para planificar el futuro de nuestras ciudades viaje a la misma velocidad.

Escribo, ERGO SUM. Pero, ¿ofrecen las ciudades los servicios necesarios?

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