Eni: El Presidente del Consejo de Administración de Eni, Giuseppe Zafarana, y el Director General de la empresa, Claudio Descalzi, saludan la visita del Ministro de Economía y Finanzas, Giancarlo Giorgetti, y del Presidente de la Región de Lombardía, Attilio Fontana, en el Centro de Investigación de Eni en Bolgiano
El Presidente del Consejo de Administración de Eni, Giuseppe Zafarana, y el Consejero Delegado de la empresa, Claudio Descalzi, recibieron hoy en el Centro de Investigación de Eni en Bolgiano la visita del Ministro de Economía y Finanzas, Giancarlo Giorgetti, el Presidente de la Región de Lombardía, Attilio Fontana, el Consejero de Desarrollo Económico de la Región de Lombardía, Guido Guidesi, y el Alcalde de San Donato Milanese, Francesco Squeri, para ilustrar las soluciones tecnológicas en el corazón de la estrategia de descarbonización de la compañía.
El Centro de Investigación Eni en Bolgiano ha sido un espacio dedicado a la innovación desde 1985. El centro incluye un clúster de laboratorios científicos que trabajan en la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías en campos que van desde las geociencias hasta la ingeniería, desde la química hasta la ciencia de los materiales, con el objetivo de alcanzar nuevas metas de eficiencia y mayor sustentabilidad para ser aplicadas a nivel industrial. Eni promueve internamente tecnologías patentadas y "rupturas" para la descarbonización con referencia a las tres principales áreas de investigación corporativa: energías renovables y nuevas energías, soluciones para la descarbonización, productos circulares y biológicos.
Durante la visita, se ilustraron los resultados más significativos alcanzados por la I+D de Eni, incluidos los proyectos y tecnologías para la descarbonización del sector del transporte a través del desarrollo de la agroenergía y el proceso EcofiningTM que también permiten obtener biocombustibles a partir de residuos y materias primas de origen biológico que no compiten con el uso alimentario. Desde una perspectiva de economía circular, Eni está fuertemente comprometida con el uso de material de desecho como fuente primaria de energía y, además del uso de desechos y residuos, como, por ejemplo, aceites usados de fritura, grasas animales y PFAD (destilado de ácido graso de palma), ha desarrollado una "base de datos de bioalimentos", en la que se caracterizan y estudian biomaterias primas de diferentes tipos para predecir su eficacia en la producción de biocombustibles. La base de datos de Eni, que actualmente contiene más de 400 biomateriales, es una de las primeras del mundo y una de las más ricas en términos de variedad de biomateriales caracterizados.
Además, se presentaron innovaciones en el campo de la robótica para automatizar y digitalizar actividades de monitoreo ambiental e integridad de activos, investigaciones sobre nuevas energías renovables y almacenamiento de energía, así como sistemas y productos en el campo de la captura, almacenamiento y uso de CO2. Se prestó especial atención a las tecnologías que podrían resultar "avances tecnológicos" y a las colaboraciones científicas con las principales universidades y centros de investigación en Italia y en todo el mundo, incluidos el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), ENEA y CNR con los que Eni participa en la investigación sobre energía de fusión, que podría representar un verdadero "cambio de juego" en el campo de las energías descarbonizadas porque, una vez llevadas a un nivel industrial, permitirían generar grandes cantidades de energía con cero emisiones, con un proceso seguro y prácticamente ilimitado.
Eni con sus 7 centros de investigación en Italia, más de 1.000 investigadores y 8.000 patentes es una empresa con un fuerte contenido tecnológico. La innovación es la herramienta con la que Eni enfrenta la complejidad de los desafíos que plantea la transición energética, con el objetivo de ofrecer soluciones, servicios y productos cada vez más descarbonizados, también a través de la creación de nuevos modelos de negocio. Cada nuevo resultado obtenido por Eni Research contribuye al logro de la meta Net Zero para 2050, con un enfoque basado en el principio de neutralidad tecnológica, según el cual no existe una solución única
para llevar a cabo la transición energética, pero es necesario contar con un mix tecnológico que se pueda adaptar a las diferentes aplicaciones y necesidades.