París ha decidido nacionalizar los astilleros STX, abriendo paso a Fincantieri que ya había adquirido el 66,6% de la empresa con un acuerdo firmado bajo la presidencia de Hollande. La era Macron inaugura así un nuevo frente con Italia, y no será fácil para la diplomacia llegar a un acuerdo ya que las posiciones de Roma y París parecen muy lejanas. Todos esperan el próximo martes cuando el ministro de Economía francés, Le Maire, viajará a Roma para reunirse con los ministros Padoan y Calenda. El presidente Macron, durante la conversación con Gentiloni esta tarde, dio a conocer que esperaba un acuerdo que permitiera a Fincantieri adquirir "un amplio espacio" dentro de la empresa STX. El replanteamiento de los astilleros de Saint-Nazaire, que de hecho estaban bajo el control de Fincantieri, tiene al nuevo presidente Macron como su promotor, escribió hoy el diario autorizado Le Monde. El gobierno ha relanzado pidiendo un acuerdo para revisar la participación del 50% de STX entre Italia y Francia. Después de un largo ida y vuelta, hoy el anuncio de Le Maire: la empresa será "temporalmente" nacionalizada, de tal manera, explicó Maire, para continuar las negociaciones con Roma y al mismo tiempo para "garantizar competencias y posiciones estratégicas de obra "de obras de construcción. En definitiva, el Estado ejercerá el derecho de tanteo (el plazo para la decisión estaba fijado para el próximo sábado) y por tanto Fincantieri perdería el control. Padoan y Calenda definieron la decisión del gobierno francés como "seria e incomprensible", al considerar que "no hay ninguna razón por la que la empresa italiana, líder en el sector, no pueda tener la mayoría de STX, una empresa que hasta ahora ha sido controlada por un grupo coreano por dos tercios del capital social ". Por ello, los dos ministros italianos destacaron que “el nacionalismo y el proteccionismo no son bases aceptables sobre las que regular las relaciones entre dos grandes países europeos. Para realizar proyectos compartidos se necesita confianza y respeto mutuos. Mientras tanto, las acciones de Fincantieri perdieron un 2,61%.