Zelensky, conectado de forma remota, suplicó a los miembros del G7 que continuaran apoyando a las fuerzas armadas y al pueblo ucraniano mientras lidian con el invierno más duro de la historia. Más del 40 por ciento de las centrales eléctricas fueron destruidas por los bombardeos rusos que nunca dejaron de golpear los centros estratégicos del país.
Los líderes del G7 confirmaron su intención de seguir ayudando a Kiev mientras sea necesario al condenar la inaceptable e irresponsable retórica nuclear con la que Rusia continúa amenazando con el uso de armas químicas, biológicas o nucleares: “Continuaremos coordinando esfuerzos para satisfacer las demandas urgentes de Ucrania de equipos militares y de defensa, con un enfoque inmediato en proporcionar a Ucrania sistemas y capacidades de defensa aérea"..
"Nuestra unidad, nuestra decisión, ha conseguido que hoy el presidente ruso esté completamente aislado“, informó la canciller alemana Olaf Scholz. Los gobiernos del G7 también han dicho que están decididos a que Rusia finalmente tenga que pagar por la restauración de la infraestructura crucial dañada o destruida por su brutal guerra, explicando que no puede haber impunidad por los crímenes de guerra y otras atrocidades.
Los líderes del G7 han declarado firmemente que buscarán un juicio y daños y perjuicios del presidente Putin y de los responsables de las violaciones perpetradas durante el conflicto, de conformidad con el derecho internacional.
Putin, ante unos problemas internos cada vez más evidentes, ha decidido cancelar la habitual rueda de prensa de fin de año. Nunca había sucedido desde que asumió el cargo. La noticia la dio el portavoz del Kremlin, Peskov: “La conferencia de prensa no tendrá lugar antes del año nuevo. Esperemos que el presidente encuentre otras oportunidades para hablar con los periodistas.".
El pasado domingo Joe Biden aseguró a Zelensky que quería seguir colaborando, saludando la apertura del presidente ucraniano a una paz basada en los principios fundamentales sellados por la Carta de Naciones Unidas.
La Unión Europea, en cambio, sigue sin poder cuadrar el noveno paquete de sanciones que debería golpear a personas y empresas, entre ellas tres bancos, cercanas al régimen de Putin. Mientras tanto, Rusia rechazó la propuesta del cardenal Pietro Parolin de albergar conversaciones entre Moscú y Kiev en el Vaticano.