Japón: es por eso que quieren F35

Japón se está preparando para abandonar los proyectos de desarrollo doméstico de un nuevo avión de combate avanzado para reemplazar el costoso cazabombardero F-2 después del 2030. En los últimos años, el Ministerio de Defensa japonés había identificado tres alternativas para reemplazar el costoso avión derivado del F-16 y desarrollado de forma independiente por Japón con la ayuda de motores a reacción estadounidenses. El ministerio había considerado la opción de desarrollar de forma autónoma un nuevo avión, basado en el demostrador de tecnología X-2 Shinshin de Mitsubishi (Atd-x); otras opciones eran el desarrollo de un avión en colaboración con países aliados, o la extensión de la vida operativa de los F-2. Sin embargo, la última opción fue descartada a la luz del creciente activismo militar y la rápida modernización de las fuerzas armadas por parte de China y Rusia. El gobierno había identificado el desarrollo nacional de un avión de combate de quinta generación como "importante para mantener la tecnología de los aviones de combate japoneses", particularmente avanzada en lo que respecta al desarrollo y uso de materiales compuestos. Se suponía que Mitsubishi Heavy Industries lideraría el desarrollo del nuevo avión de combate; Los continuos retrasos y dificultades técnicas acumuladas por el conglomerado japonés en el desarrollo del avión regional MRJ, sin embargo, empujaron a Tokio a repensar, y el Ministerio de Finanzas instó a un baño de realismo, citando los enormes costos que serían conectado con el desarrollo autónomo de un sistema de armas tan avanzado. Con base en estos desarrollos y consideraciones, el Ministerio de Defensa ha optado por no solicitar la asignación de fondos para el desarrollo del nuevo avión de combate en el presupuesto para el año fiscal 2019, según fuentes gubernamentales citadas por el diario "Asahi". En cambio, Japón podría dirigir a los EE. UU. Ya esta semana la propuesta para el desarrollo conjunto de un nuevo avión de combate de quinta generación. El archivo del proyecto X-2 Shinshin también ayudaría a explicar los planes del gobierno japonés de comprar más cazabombarderos F-35 de nueva generación. El gobierno japonés, sin embargo, está considerando la compra de al menos otros 20 cazabombarderos F-35 de quinta generación durante los próximos seis años además de los ya encargados, y podría realizar la compra directamente al fabricante Lockheed Martin Corp. en lugar de ensamblarlos localmente. Esto es lo que dicen tres fuentes anónimas citadas por la prensa estadounidense y japonesa. "Con base en la disponibilidad presupuestaria y el cronograma de producción, una adquisición adicional de unos 25 aviones parece apropiada", dijo una de las fuentes cercanas a los planes de defensa japoneses. Según la fuente, que pidió no ser identificada porque no está autorizada para discutir el asunto con los medios, comprar el avión directamente a Lockheed, en lugar de ensamblarlo localmente, permitiría a Tokio ahorrar unos 30 millones de dólares por cada avión. El pedido se sumaría al pedido original, que prevé la entrega de 42 aviones ensamblados en una planta japonesa de Mtsubishi Heavy Industries. La planta, junto con la operada por Leonardo Spa en Italia, es la única que realiza el montaje del nuevo avión fuera del territorio estadounidense. En enero pasado, las fuerzas de autodefensa japonesas alinearon su primer caza furtivo F-35A en la Base Aérea de Misawa en el norte de la prefectura de Aomori. La aeronave y futuros ejemplares del mismo modelo estacionados en Misawa serán los encargados de dar respuesta a las posibles incursiones del espacio aéreo nacional y realizar las actividades de vigilancia de Corea del Norte. La Defensa japonesa tiene la intención de desplegar otros nueve aviones en Misawa para fines del próximo año fiscal, que comenzará en abril; la base albergará así el primer escuadrón operativo de nuevos aviones furtivos en Japón. El ministro de Defensa japonés, Itsunori Onodera, dijo hoy que el despliegue del nuevo avión "es significativo para la seguridad japonesa en un momento de rápida construcción de capacidades de guerra aérea por parte de los países vecinos". El F-35 desplegado en Misawa se ensambló en una planta de Mitsubishi Heavy Industries en la prefectura de Aichi en el centro de Japón. Japón tiene la intención de adquirir la totalidad de cazabombarderos F-42 35, que oficialmente asumirá el papel de la anticuada F-4 fantasma, todavía en servicio de tres escuadrones en la base aérea Hyakuri, en Ibaraki. Para el próximo año, el gobierno ha asignado fondos para la compra de misiles de crucero Jsm destinados a su uso con F-35. La introducción de armas ofensivas de largo alcance ha suscitado polémica en el país, que desde la posguerra se ha autoimpuesto una prohibición a los sistemas de proyección de fuerza sobre la base de su propia Constitución pacifista. Los nuevos misiles, reiteró Onodera esta mañana, “no están destinados a alcanzar bases militares extranjeras.

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