Ganó el SI, pero nada cambia, el atún se quedará en su lata

(por Massimiliano D'ELia) El corte de los parlamentarios, el caballo de batalla de los pentastellati ya no es un sueño, los italianos lo han logrado con un 70 por ciento de SI. Cortaron parte de la casta, que gran acierto, la gente que manda a casa a los "odiados", a los políticos. Al menos así lo describieron los políticos al Grillini antes de que ellos mismos se convirtieran en el atún en esa famosa lata que querían abrir. 

Analicemos los efectos concretos de esta reforma deseada por aclamación popular.

La Cámara pasó de 630 a 400 y el Senado de 315 a 200. Incluso para los electos en el extranjero hubo un corte claro, solo 8 diputados y 4 senadores seguirán siendo elegibles. Los senadores de por vida no se han tocado. Lástima que esta tijera solo será válida a partir de la próxima legislatura. Un aspecto no despreciable, si alguien esperaba enviar a casa a algunos de los parlamentarios actuales, se equivocó al votar.

Cuando la ley sea promulgada por el Jefe de Estado, también se rediseñarán los distritos electorales. Pero, ¿qué cambia realmente a favor de los italianos? ¿Con el ahorro de dinero será posible construir caminos y carreteras, escuelas o cualquier otra cosa? ¿Será más rápido el proceso legislativo? Desafortunadamente, nada de esto cambia nada. 

El ahorro neto anual es de algo más de 70 millones de euros por cuotas mensuales que ya no se pagan. Así, los italianos podrán poner algo más de un euro en sus bolsillos. YES seguirá pagando los altos gastos operativos del Senado y la Cámara. Habría tenido más sentido abolir toda una rama del Parlamento para tener un ahorro económico real y acelerar el proceso de las leyes con una solución unicameral. 

Con 630 diputados, había un representante por cada 96 mil habitantes, ahora habrá uno por 150 mil. Con 315 senadores, la relación fue de 1 por 188 habitantes, con el recorte a 200 senadores, habrá 1 por cada 302. 

Básicamente nada cambia, era un referéndum político, una especie de cupón para los que apoyaban el SÍ, un pretexto para que el actual gobierno justifique la continuación de la legislatura hasta el final del mandato. Hicieron creer a los italianos que habría un cambio de época, que cambiaría la vida real de los ciudadanos al ahorrar dinero público. ¿Con 70 millones de euros al año? Se necesitan cientos de miles de millones de euros para cambiar la política económica de un país.  

Ahora sería deseable que esos 70 millones de euros ahorrados se utilizaran para construir algo concreto, "visible" a favor de los italianos y no desperdiciarlos, desviarlos hacia las corrientes del presupuesto estatal.

Ganó el SI, pero nada cambia, el atún se quedará en su lata

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