La hidratación y el ciclo menstrual: cómo ayuda el agua a las mujeres

El profesor Umberto Solimene de la Universidad de Milán y experto del Observatorio Sanpellegrino explica por qué es importante tomar líquidos en este período particular

Una adecuada hidratación es un valioso aliado para la salud de cada uno de nosotros. Para las mujeres, juega un papel aún más central en ciertos períodos y pasajes de la vida durante los cuales el riesgo de deshidratación es mayor, como el embarazo, la lactancia, pero también el ciclo menstrual. En esos días concretos entran en juego muchos factores que pueden provocar este efecto, por lo que se recomienda aumentar la ingesta de agua para evitar posibles problemas.

Cuando una mujer tiene períodos, el grado de concentración de estrógeno y progesterona es más bajo de lo normal y es más probable que el cuerpo retenga líquidos, lo que provoca hinchazón y retención de agua en las nalgas, los muslos y las caderas. Este mecanismo también conduce a un aumento del peso corporal que, comenzando diez días antes de la llegada de la menstruación, puede aumentar hasta en un 4% debido a los líquidos. Este exceso es más acusado en la llamada fase de progestina (del día 15 al 28 de un ciclo medio de 28 días, durante los cuales el organismo produce la hormona progesterona) porque el sistema linfático es incapaz de drenar la masa acumulada. Por tanto, una hidratación adecuada es fundamental porque facilita el drenaje, eliminando la hinchazón.

"Para reducir la retención de agua y evitar la deshidratación, se recomienda, en la vida diaria, pero especialmente durante el ciclo, aumentar la cantidad de agua de mineralización media apropiadamente elegida que se toma para promover el drenaje de los fluidos corporales. Durante el período menstrual es por tanto recomendable beber agua con un alto contenido en bicarbonatos y calcio que permitan una eliminación equilibrada de líquidos sin descompensar el equilibrio mineral del organismo. También es recomendable implementar en la dieta diaria alimentos ricos en fibra con alto contenido en agua, evitar el consumo excesivo de sal y consumir menos hidratos de carbono”. - explica el profesor Umberto Solimene de la Universidad de Milán y experto del Observatorio Sanpellegrino.

Además, la acción del agua ayuda a aliviar cualquier dolor que caracterice esta fase, como, por ejemplo, dolor de cabeza, fatiga, náuseas, dolor de pecho, calambres abdominales; pero también dolor de espalda, estreñimiento y somnolencia. Hay varios estudios que avalan la tesis según la cual muy poca puede hacernos más sensibles a diferentes tipos de dolor, como el de la menstruación. Cuando un sujeto está gravemente deshidratado, tiene una percepción del dolor un 40 % más fuerte. Ya se han encontrado efectos negativos en el cuerpo con deshidratación leve, que conduce a un aumento del 20% en la sensibilidad. Cuando el cuerpo está bien hidratado, el sistema de termorregulación es más eficiente, lo que permite, a través de la estimulación del sistema nervioso simpático y una mayor producción. de endorfinas, para producir un efecto analgésico aliviando y mitigando los síntomas menstruales como, por ejemplo, la migraña.

La hidratación y el ciclo menstrual: cómo ayuda el agua a las mujeres