Irán

Muerte a Estados Unidos, muerte a Israel, los dos lemas principales del régimen iraní deberían llevarnos a reconsiderar el enfoque occidental hacia la política de Teherán.

Massimiliano D'Elia

El ataque de Hamás el 7 de octubre cerca de la Franja de Gaza está estrechamente relacionado con el papel de Irán en todo Oriente Medio. Irán ha interferido en la política iraquí apoyando a sus hermanos chiítas, ha impedido la estabilidad en el Líbano a través de Hezbolá y quiere impedir a toda costa que Israel se acerque a los países árabes y a los propios palestinos. Para Irán, Israel es el intruso occidental en la cuna del islamismo. Teherán, que ya lucha contra un fuerte resentimiento popular en su interior, teme que el intento de occidentalización de Oriente Medio por parte de Estados Unidos a través de Israel pueda repercutir en todo el mundo islámico con obvias repercusiones en el propio régimen teocrático.

Israel, sin embargo, hoy ha comprendido que para sobrevivir debe destruir a Hamás, cueste lo que cueste, incluso si los estadounidenses se inclinan por soluciones menos sangrientas para no incendiar toda la región, una condición crítica que haría realidad el proyecto iraní y quizás también el ruso. No es casualidad que Biden haya desplegado dos aviones listos para intervenir en caso de ambiciones iraníes a través de Hezbollah.

Por lo tanto, el punto clave sigue siendo Irán, porque gracias a sus ingresos petroleros puede financiar con enormes sumas de dinero a los grupos terroristas afiliados a él que desestabilizan la zona de Oriente Medio, llevando así adelante el proyecto antioccidental. El error cometido por Occidente podría ser que pensó que podía coexistir con Irán, apoyándose en las sanciones económicas.

El Presidente Barack Obama una vez dijo que nuestros amigos en el Medio Oriente deben aprender a compartir la vecindad con Irán. La política estadounidense hacia Irán siempre ha sido ambigua. Obama quería un acuerdo, mientras que Trump quería la máxima presión. Bajo la administración actual, se ha aliviado la aplicación de sanciones a las exportaciones de petróleo iraní y las reservas iraníes pasaron de 4 mil millones de dólares al año a 40 mil millones, un río de dinero a favor de los terroristas que han abrazado la causa bajo el lema muerte a Estados Unidos y muerte a Israel. 

La política de Estados Unidos, UE, Reino Unido y Australia debería ser unívoco y más duro, utilizando el método de las sanciones de manera más decisiva para empobrecer al régimen. Al mismo tiempo, será necesario apoyar a la población iraní mediante la correcta difusión de información a través de la radio y de Internet, quizás a través de Internet. gratuita,  Starlink di Elon Musk, para evitar la censura. Lo que es seguro es que hoy en día las sanciones occidentales tal vez ya no tengan ningún efecto, ya que Irán mantiene desde hace mucho tiempo un diálogo con Rusia, China y la India, y no sólo en materia de suministros militares. En enero de 2024, Irán se unirá al grupo de países pertenecientes al BRIC (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

Por lo tanto, nos aguardan largos vientos de guerra.

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