Dos cohetes cayeron ayer en una zona rural cerca de una base aérea militar iraquí que albergaba a algunos contratistas estadounidenses. Afortunadamente, no se registraron víctimas ni heridos. Las fuerzas de seguridad iraquíes informaron que los cohetes cayeron en la valla exterior de la base.
Las investigaciones preliminares revelaron que el ataque tenía como objetivo la base aérea de Balad, al norte de Bagdad, pero los cohetes no alcanzaron la aldea de al-Bu Asi, justo al sureste.
El último ataque a la base aérea de Balad fue el 15 de marzo cuando al menos cinco cohetes impactaron en la base.
Las fuerzas de seguridad iraquíes dijeron que ningún grupo armado actualmente se atribuyó la responsabilidad del ataque a pesar de que las milicias respaldadas por Irán habían llevado a cabo ataques similares en el pasado.
A la dosis se sumaron funcionarios estadounidenses que culparon abiertamente a las milicias respaldadas por Irán de los ataques regulares con misiles contra las instalaciones estadounidenses en Irak. No menos importante el ataque cerca de la embajada de Estados Unidos en Bagdad.
Los grupos paramilitares, simpatizantes de Irán, han exigido públicamente que todas las tropas extranjeras, incluidas las fuerzas estadounidenses que están alrededor de 2.500 en Irak, abandonen el país, calificando su presencia como una ocupación real.
Una coalición liderada por Estados Unidos, cuya misión es luchar contra los militantes del Estado Islámico, todavía está estacionada en Irak, al igual que una misión dirigida por la OTAN que entrena a las fuerzas de seguridad iraquíes.