La crisis afgana preocupa la estabilidad y la seguridad mundiales…. y Europa?

La delicada cuestión afgana ha vuelto a poner de relieve lo importante que es para Europa lograr una autonomía estratégica real y evidente en todos los sectores para poder intervenir y tomar posiciones, convirtiéndose así "parte de la solución y no el problema"En perfecta autonomía sin esperar ni estar condicionado por las elecciones"resolutivo " de las grandes superpotencias como Estados Unidos, Rusia, China.

Las razones que exigen este importante y necesario objetivo se aclaran en un artículo publicado en vision-gt.eu escrito por General de Pasquale Preziosa, hoy presidente del Observatorio Permanente de Seguridad de Eurispes.

General de la Fuerza Aérea Pasquale Preziosa, Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea hasta 2016

Es importante reflexionar de inmediato sobre la crisis que ha tenido lugar en Afganistán porque será muy decisivo para el desarrollo de la Orden internacional.

Las crisis requieren que se tomen decisiones inmediatas y las alternativas entre el desastre y la salvación dependerán de estas decisiones.

Las crisis sacan a la luz de inmediato los problemas del orden político, casi siempre ocultos en tiempos normales, resaltan tanto el grado residual de eficiencia de las instituciones como la inadecuación de los lenguajes utilizados para su gestión.

La crisis afgana tiene sus orígenes en 2003, año en el que el enfoque estadounidense en el terrorismo sunita radical del 11 de septiembre se ha desvanecido para perseguir a los fantasmas iraquíes.

La inconsistencia estratégica de Estados Unidos en los 20 años pasados ​​en Afganistán ha hecho perder a Estados Unidos y sus aliados la "guerra global contra el terrorismo" declarada tras el atentado a las Torres Gemelas y la credibilidad de saber mantener los compromisos asumidos ante los ojos de la mundo.

Sin embargo, la credibilidad internacional de Estados Unidos ya se había visto socavada anteriormente tanto por el abandono de los kurdos en manos de los turcos en Siria como por la retirada declarada del presidente Trump del Acuerdo Nuclear de Irán firmado por el presidente Barack Obama, su predecesor.

Para los recientes acontecimientos en Afganistán, el presidente Biden, en su último discurso sobre la retirada de las fuerzas militares estadounidenses (de Afganistán), lamentablemente no mencionó a los aliados europeos, dando así una señal incómoda de solidaridad transatlántica, en cambio confirmó la pérdida de interés primaria. en la lucha contra la insurgencia, sin dejar de estar interesado de alguna manera en la lucha contra el terrorismo, sin especificar cómo. En muchos países, lamentablemente, es difícil separar la insurgencia del terrorismo y en cualquier caso la estrategia en Afganistán la dictó Estados Unidos en sus 20 años de permanencia.

De hecho, los acuerdos de Doha comenzaron solo después de la liberación por parte de los afganos a pedido de Estados Unidos de 5000 prisioneros talibanes, muchos de los cuales fueron acusados ​​de cometer crímenes de guerra.

El presidente de Estados Unidos también enfatizó que se han gastado miles de millones de dólares para construir las AF afganas que sumaron 300.000, desafortunadamente la AF es una herramienta en manos de un gobierno que debe brindar objetivos éticos y morales y apoyo para mantener la cohesión de las tropas.

Los gobiernos afganos nunca brillaron por la transparencia sino solo por la corrupción y de hecho huyeron al exilio ante los primeros indicios de la posible llegada de los talibanes a Kabul, dejando al FA sin directivas.

Las consecuencias inmediatas de estas nuevas decisiones estadounidenses serán dobles: en el frente externo, el resto de países, especialmente europeos pero también asiáticos, deberán recalibrar sus estrategias tanto de defensa como de lucha contra el terrorismo internacional, mientras que en el frente interno ambos Parece que se gesta un aumento del consenso interno por haber puesto fin a las guerras interminables acompañadas, sin embargo, de una nueva campaña de deslegitimación de los métodos de retirada implementados por el Presidente.

Con estas difíciles premisas, EE.UU. se prepara para fortalecer su papel en la competencia internacional contra China y Rusia.

El nuevo nombre de Afganistán en "Emirato Islámico en Afganistán" no sorprendió a los analistas como ya se informa en los acuerdos de Doha, aunque con la especificación del no reconocimiento oficial por parte de Estados Unidos.

Esta apertura abre el camino a los islamistas radicales que residen en otros países ahora teatros de operaciones antiterroristas (Estados fallidos) Cuerno de África, Sahel, quienes fortalecerán su confianza en el objetivo de establecer el emirato islámico también en esos países.

La actual crisis afgana podría tener un efecto dominó casi inmediato en las crisis de Irak, Siria, Palestina, Yemen y África. El norte de África es el talón de Aquiles de Europa para la clandestinidad de la inmigración y el tráfico ilegal.

Afganistán siempre ha desempeñado un papel destacado a nivel internacional en el tráfico ilegal de drogas.

Con la llegada del Emirato Islámico, este papel se acentuará para favorecer el llenado, con el 10% (el diezmo), de las arcas del Estado vaciadas por el gobierno anterior.

Las consecuencias del aumento del tráfico de drogas las sufrirá principalmente Europa.

La huida de Estados Unidos, la OTAN y otros países de Kabul allanará el camino para el Islam radical a escala global y pondrá fin al experimento de ingeniería social realizado por la administración Bush primero en Irak con el colapso del Estado iraquí y ahora en Afganistán con el colapso del experimento que duró 18 años.

Los fracasos logrados en Libia, Irak, Afganistán, Siria, Yemen son exactamente lo contrario de lo que señalan los planes de los arquitectos del nuevo orden mundial.

Las intervenciones fuera de zona llevadas a cabo hasta la fecha principalmente en la zona de Oriente Medio han provocado la caída de los Estados y el inicio de guerras civiles.

En los últimos veinte años, por lo tanto, el orden mundial preexistente ha sido alimentado por un desorden constante que ha hecho que Estados Unidos pierda su papel protagónico o el papel de "nación necesaria" como afirmó el presidente Clinton.

El nivel actual de crisis es muy alto porque las crisis internacionales se han sumado a las internas de países individuales de naturaleza financiera, económica y pandémica.

El nivel de crisis total es tan alto que Estados Unidos hoy ha tenido que elegir entre apoyar su credibilidad internacional y las demandas de la masa de la población para poner fin a una guerra que parecía no tener fin.

La caja de Pandora se ha abierto y las consecuencias se experimentarán en breve.

A partir de ahora Europa tendrá que pensar más en correr por su cuenta, tendrá que alcanzar su autonomía estratégica para gestionar las nuevas crisis que pronto aparecerán en el horizonte.

La crisis afgana preocupa la estabilidad y la seguridad mundiales…. y Europa?