La "mayonesa loca" de los grupos proiraníes

por Andrea Pinto

La situación en Oriente Medio sigue calentándose. El ataque a la base estadounidense en Jordania que costó la vida a tres militares obligó al presidente Joe Biden elevar el listón de la tensión, anunciando una pronta respuesta hacia los ejecutores y, sobre todo, los instigadores. Irán, según informes de inteligencia, es el mayor contribuyente de armas y financiación a grupos pro-chiítas en toda la región que sigue afectada por conflictos de baja y media intensidad. Las diversas crisis que estallan a medida que pasan los días tienen su origen en la "resistencia" contra el Eje del Mal, identificado en un grupo de países occidentales liderados por Estados Unidos e Israel.

Sin embargo, el día después del ataque a la base estadounidense, Irán se apresuró a señalar que "Las fuerzas de resistencia en la región no recibieron órdenes de la República Islámica. Toman sus decisiones para defender al pueblo palestino de forma independiente".. Teherán también quiso reiterar el peligro “ampliar el círculo del conflicto debido a los continuos ataques israelíes contra Gaza”.

Salami Hossein, jefe de la Guardianes de la revolución, afirma, como era de esperar, que sus hombres no quieren una guerra. Las noticias Al-Araby al-Jadeed, escribe Il Messaggero, ha revelado una indiscreción sobre un reunion secreta ocurrido el pasado lunes en Bagdad entre el comandante de la Fuerza Quds, El general Correo electrónico Qaani, el Primer Ministro de Irak, Mohammed Shia' al-Sudaniy algunos comandantes de milicias chiítas vinculadas a Irán. El objetivo de la reunión era mitigar cualquier posible escalada, intentando interferir con grupos proiraníes que, aparentemente, actuarían con total autonomía sin una estrategia común precisa compartida con Irán. Suyo enfocarte es la liberación de Gaza de las tropas de Tel Aviv.

Inmediatamente después de la reunión en Bagdad, la milicia iraquí Kataib Hezbolá anunció la suspensión de todos los ataques contra las fuerzas estadounidenses en Medio Oriente.

incluso el Wall Street Journal escribió, en términos claros, sobre las supuestas dificultades de Irán para mantener el control de todos los grupos afiliados a él en la región. En efecto, tras el ataque de Hamás el 7 de octubre, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, previendo lo inevitable, había convocado en Teherán a todos los dirigentes de las milicias que luchaban bajo la bandera común de los llamados eje de resistencia, para evitar cualquier paternidad por sus acciones en el terreno y evitar la consiguiente participación directa de Irán en una guerra a gran escala contra Estados Unidos e Israel.

A pesar de las atenciones de Teherán, aparentemente las diversas milicias pro-chiítas no quieren escuchar a la "casa madre" porque intentan hacerse con importantes espacios de influencia en sus áreas de interés, como la Houthi en el Mar Rojo, las milicias en Irak y Hexbolá en Líbano. Un tipo de mayonesa loca lo que corre el riesgo de comprometer la posición de Irán frente a los EE.UU. e Israel, cada vez más en pie de guerra, también a la luz de las presiones y dificultades internas debidas a las próximas elecciones americanas y a la creciente impopularidad del Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu.

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