Editorial
Egipto está negociando con representantes de Hamás y los aliados del grupo Jihad Islámica. En los últimos días se han presentado dos propuestas egipcias con el objetivo de alcanzar un alto el fuego definitivo con Israel. El gobierno egipcio busca utilizar sus canales privilegiados con los grupos palestinos no sólo para resolver la crisis actual, sino también para evitar el éxodo masivo de civiles de Gaza hacia sus fronteras, a través del cruce de Rafah.
La primera propuesta, que pedía que Hamás renunciara al control de la Franja de Gaza a cambio de un alto el fuego permanente, fue rechazada por el grupo. Hamás insiste en que sólo los palestinos pueden decidir el futuro de la Franja. Ante el fracaso de esta propuesta, se presentó una segunda iniciativa, más compleja, que prevé un alto el fuego gradual en tres fases.
La primera fase propone una tregua renovable de dos semanas (veinte días), durante la cual Hamás se compromete a liberar a mujeres, ancianos y menores detenidos, a cambio de prisioneros liberados por Israel y permiso para que los civiles regresen a la parte norte de Gaza. Israel retiraría sus tanques y permitiría la entrada de ayuda humanitaria.
En la segunda fase, Hamás se comprometería a liberar a todas las mujeres soldados israelíes mantenidas como rehenes, mientras que Israel liberaría a prisioneros palestinos adicionales. En esta fase también está previsto el intercambio de los cadáveres que permanecen en manos de las dos partes desde el 7 de octubre, fecha del inicio de las hostilidades.
La tercera fase, que se espera que dure un mes, implica que Hamás entregue a todos los rehenes restantes a cambio de más prisioneros palestinos. Israel devolvería sus tanques, poniendo fin a las hostilidades. Egipto propone que la administración de Gaza pase a un gobierno provisional, responsable de gestionar la ayuda humanitaria, iniciar la reconstrucción y organizar nuevas elecciones.
Egipto está tratando de fomentar la formación de un "gobierno técnico" en Gaza. Hamás, sin embargo, sostiene que el futuro de la región es una cuestión interna del mundo palestino. El secretario de la ONU, Antonio Guterres, advierte del riesgo de que el conflicto se amplíe con consecuencias devastadoras para toda la región. En Cisjordania se vive una situación de baja tensión con episodios esporádicos de fricción.
Mientras tanto, en Irán, cuatro prisioneros acusados de pertenecer al Mossad (007 de Israel) fueron ahorcados, probablemente en respuesta al asesinato del líder Pasdaran Seyed Razi Mousavi En Siria. También hay informes de ataques aéreos que alcanzaron a once oficiales de la Guardia Revolucionaria iraní en el Aeropuerto Internacional de Damasco, aunque Teherán ha negado los informes, calificándolos de falsos.
Mientras tanto, el Mossad está llevando a cabo operaciones selectivas para identificar y eliminar a numerosos oficiales de la Guardia Revolucionaria, lo que contribuye a alimentar el resentimiento de Irán.
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