Europa lista para un “Programa Europeo de Armamento”

por Francesco Matera

Un rearme potente es lo que Europa vislumbra en un horizonte no muy lejano. Los vientos de guerra provenientes de Ucrania y la amenaza de una Rusia sólida como una roca, capaz de desafiar a Occidente, a pesar de las fuertes sanciones que le aplican, son sólo algunos de los factores que empujan al Viejo Continente a tener que pensar seriamente en un futuro diferente. enfoque en política exterior, que prevé una defensa común con el establecimiento de un Comisario para asuntos militares. Como se dijo en "advertencia"Proviene no sólo de Rusia y las ambiciones chinas en el Mediterráneo sino también de Estados Unidos después de que el probable nuevo presidente, Donald Trump, recordara a los países miembros de la OTAN la necesidad de comprometer el 2 por ciento de su PIB al gasto militar.

En su defecto, el propio Trump invitó a Putin a hacer lo que considerara más apropiado porque los países que no cumplieran no disfrutarían del paraguas defensivo estadounidense. Aunque la desafortunada salida de Trump parezca un truco de campaña electoral, queda claro que es necesario poner remedio a la situación brecha institucional en la defensa comunitaria que, como consecuencia lógica, prevé también la unidireccionalidad en los asuntos de obtención militar. Esto se debe a los diversos retos que la Unión Europea ya afronta y que podría verse obligada a afrontar en solitario para defender sus intereses estratégicos que a menudo no coinciden con los de la OTAN (una organización puramente defensiva) ni con los de los estadounidenses.

En este sentido, ya está lista la propuesta de un plan específico de la Comisión Europea y el Alto Representante para Asuntos Exteriores y Seguridad para una nueva Estrategia Industrial para la Defensa Europea. La propuesta podría aprobarse ya en la próxima reunión de marzo. El objetivo es aclarar un camino que permita a la base industrial y tecnológica de defensa europea maximizar su capacidad de reacción, considerada crucial en el contexto geopolítico actual.

En 2022, el gasto militar de los Estados miembros aumentó por octavo año consecutivo, alcanzando los 240 millones de euros. Sin embargo, el 78% del material bélico adquirido desde el inicio de la guerra en Ucrania hasta junio de 2023 procedió de proveedores no europeos, de los cuales casi dos tercios procedieron de Estados Unidos. Además, la producción de los 46 bienes militares que se necesitan con mayor urgencia se distribuye en 23 Estados miembros diferentes, lo que pone de relieve la necesidad de una mayor cohesión y colaboración.

La propuesta de la UE busca abordar estos desafíos a través de tres principios rectores: mejora, colaboración y enfoque europeo. Esto significa racionalizar el suministro mediante compras conjuntas, en línea con experiencias positivas como las relacionadas con las vacunas y el gas, implicar a los actores industriales y crear un Grupo de la Industria Europea de Defensa de alto nivel.

Además, la propuesta pretende identificar programas de interés común para concentrar los esfuerzos y la financiación europeos, promoviendo el surgimiento de capacidades de defensa europeas autónomas, como la ciberdefensa y los sistemas integrados de defensa aérea y antimisiles. También se propone reforzar el Instrumento Europeo de Compras Conjuntas para aumentar el porcentaje de compras conjuntas de aquí a 2030 y normalizar el estándar de interoperabilidad armamentista.

Para apoyar esta transformación, la propuesta prevé un nuevo marco regulatorio llamado Programa Europeo de Armamento, que ofrece incentivos financieros a los Estados miembros que cumplan y exenciones fiscales para las compras conjuntas. Además, se propone la creación gradual de un Mecanismo Europeo de Ventas Militares para garantizar un suministro adecuado y eficiente de equipamiento europeo.

Por lo tanto, se necesita una financiación significativa, por lo que el plan implica recurrir al Banco Europeo de Inversiones y reformar los instrumentos existentes, como InvestEu, para apoyar los objetivos de defensa.

Además, se sugiere integrar las necesidades de defensa en los fondos estructurales de la política de cohesión. Aunque faltan algunos detalles cuantitativos, el texto está siendo evaluado actualmente y su estructura fundamental parece destinada a permanecer inalterada, dada la convergencia sobre la necesidad de situar la defensa y la seguridad como una prioridad para la Unión Europea.

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