Libia, dimite al Serraj

(por Andrea Pinto) La tensión en Libia aumenta cada vez más. Anteayer, manifestantes municipales junto a milicianos pasaron por debajo de la casa Fayez al Serraj, el jefe del Gobierno de Acuerdo Nacional, para manifestar su disidencia llegando incluso a amenazarlo de muerte. La noticia llegó en apenas unas horas, que el jefe de gobierno reconocido por la ONU en 2016, Fayez al Serraj, ha anunciado que renunciará a su cargo a fines de octubre.

Las tensiones surgieron tras el alto el fuego del mes pasado entre las dos milicias opuestas, las de al Serraj (apoyada por Turquía) y las del general Haftar (apoyada por Rusia y en parte también por Francia). Por tanto, se registraron las primeras averías dentro de las instituciones ya que después de meses de guerra se abrieron paso a las calles, de hecho la situación sobre el terreno no tuvo los efectos deseados. La inacción política, la emergencia sanitaria de CoViD-19 y la interferencia externa de Turquía y Rusia no han emocionado demasiado a la población libia, que lucha con las dificultades de la vida real (falta de agua potable, alimentos y medicinas). ). No es secundaria la severa crisis económica debido al cierre de pozos de petróleo de Haftar en el este. Sin embargo, reabiertos recientemente por el NOC, han provocado la pérdida de unos 20 mil millones de dólares al mes.

En el mensajero Federica Saini Fasanotti dell'Ispi analizó la situación: "La medida del primer ministro no sorprendió a los observadores. Su renuncia, sin embargo, no tiene un efecto inmediato, signo de que quizás el objetivo sea ante todo aplacar las almas, sin un deseo real de entregar el cargo a "una autoridad" cuyo nombre se desconoce y que difícilmente se materializará en próximas semanas". 

Ante la falta de liderazgo reconocida por la comunidad internacional, el próximo 5 de octubre se está trabajando en una probable reunión de cancilleres del formato berlinés tras los trabajos de la Asamblea General de Naciones Unidas. El objetivo es confiar al país en esta fase de interregno.

Para liderar Libia, mientras se espera para ir a elecciones libres y democráticas (probablemente en marzo de 2021), el ex embajador de Libia en los Emiratos, el gerente de correos y telecomunicaciones de Águila Saleh pero también el hijo de Gaddafi, Saif al Islam, que también está presionando a sus tribus para que transfieran la capital de Trípoli a Sirte.

En cuanto a Italia, la historia de los 18 marineros sicilianos aún detenidos de las milicias de Haftar en el puerto de Bengasi sigue abierta. Nuestra diplomacia y servicios están tratando de llevar a los marineros a casa en silencio para no poner en peligro las negociaciones en curso. Algunos ciudadanos de Bengasi le pidieron a Haftar que pusiera una condición a Italia: la liberación de 4 presuntos jugadores jóvenes, dicen, pero arrestados en Italia por tráfico de migrantes.

Al parecer, Italia también está trabajando en el establecimiento de una zona de búsqueda y salvamento (SAR) en Túnez. Hasta la fecha, esa zona marítima aún no está prevista, lo que obliga a Italia, Malta o Libia a intervenir.

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