Libia: Haftar va secretamente a Macron

El 9 de marzo, el presidente francés Emmanuel Macron recibió en el Elíseo al general libio Khalifa Haftar, comandante del autoproclamado Ejército Nacional Libio (LNA), para una reunión mantenida en secreto, que ni siquiera había sido incluida en la agenda. El periódico "Le Monde" lo informa. Fuentes cercanas al dossier dieron a conocer que la visita del general libio forma parte del proyecto francés, decidido a concretar las decisiones tomadas en la cumbre de Berlín del 19 de febrero, que "de momento no ha producido nada". Haftar continúa luchando con el apoyo de Rusia y Arabia Saudita. También según fuentes francesas, el general estaría dispuesto a aceptar las disposiciones contenidas en un documento anexo a la declaración de Berlín elaborado por Naciones Unidas que define los términos del alto el fuego y que da indicaciones para el desmantelamiento de los grupos armados. Los compromisos asumidos por el general tienen un valor relativo, pero Francia en este momento quiere aumentar la distancia entre él y Moscú. Entre los objetivos de París también está el de desbloquear los pozos de petróleo de Cyrenaica, bloqueados por las fuerzas de Haftar desde mediados de enero. Hoy París intenta "saturar el espacio político para ayudar a los libios a salir del juego turco-ruso", dice una fuente francesa. Para equilibrar la visita de Haftar, París recibirá el 17 de marzo a Fathi Bachagha, ministro del Interior del Gobierno del acuerdo nacional libio encabezado por el primer ministro Fayez al Sarraj.

Haftar también habría aceptado la celebración de una "conferencia inter-libia" para una solución política ", bajo la égida de la ONU, especifica una fuente francesa. Después de París, se espera que el mariscal Haftar esté en Berlín, donde se reunirá con la canciller Angela Merkel el martes 10 de marzo. La estrategia francesa es ampliar la distancia emergente entre Haftar y Moscú. El Elíseo también impulsa un compromiso sobre los hidrocarburos: se espera que Haftar levante el bloqueo de los pozos de Cirenaica (Este) a cambio de una distribución más igualitaria de los ingresos petroleros entre las regiones libias, sin pasar por el Banco Central de Trípoli.

Mientras tanto, los turcos han transferido entre 3.000 y 4.000 mercenarios sirios a Libia para apoyar al gobierno encabezado por Fayez Al Serraj, pero también están comprometidos con Idlib en Siria. A Haftar le gustaría aprovechar los muchos compromisos turcos para mover las aguas a su favor, escribe Le Monde.

Para Emmanuel Macron, el expediente libio siempre ha tenido connotaciones inciertas. En julio de 2017, recibió a los dos rivales, Sarraj y Haftar, en La Celle-Saint-Cloud, también en esa ocasión se habían comprometido a un "alto el fuego", el primero de una serie. En mayo de 2018 en París, los dos hombres aprobaron una "hoja de ruta inclusiva", junto con el presidente de la Cámara de Representantes, Aguila Saleh, y el del Consejo de Estado, Khaled AlMechri. El horizonte era la celebración de elecciones presidenciales y legislativas. Este proceso de reconciliación no ha producido nada desde entonces. El mariscal Haftar fue recibido en el Palacio del Elíseo en mayo de 2019. Macron le había pedido que "trabajara para el establecimiento de un alto el fuego y la reanudación de las negociaciones políticas". Pero el jefe del autoproclamado ejército nacional libio ha lanzado la ofensiva contra Trípoli, demostrando que no está dispuesto a ceder en absoluto. A principios de marzo, el enviado especial de la ONU, Ghassan Salamé, dimitió, cansado de ver interferencias extranjeras en un conflicto inter-libio ya complejo. Hoy, París busca "saturar el espacio político para ayudar a los libios a salir del juego turco", según una fuente francesa. En esta perspectiva, las capitales regionales, como Argel, podrían ayudar y asumir un papel de liderazgo.

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