El doctor Bernardi, experto del Observatorio Sanpellegrino, explica cómo una correcta hidratación ayuda a afrontar las distintas etapas del embarazo

El embarazo es un momento especial en la vida de toda mujer, hecho de expectativa, alegría pero también de cambio. El cuerpo se adapta para permitir que el bebé crezca y este proceso también requiere una hidratación adecuada.

El agua es fundamental para eliminar toxinas, ayudar a la digestión y asegurar la absorción natural de los nutrientes esenciales de nuestra dieta. Durante el embarazo estas funciones adquieren aún más importancia ya que un cuerpo en constante cambio y el crecimiento de un bebé requieren unas condiciones físicas óptimas.

También se necesita agua para producir el líquido que rodea al bebé y para ayudar a aumentar el volumen de sangre. El plasma, la fase líquida de la sangre, representa aproximadamente 3 litros en los adultos. Durante el embarazo, el volumen plasmático aumenta hasta un 40-50% por encima del valor previo al embarazo. Este aumento del volumen sanguíneo es necesario para la vascularización de la placenta que permite el intercambio materno-fetal de nutrientes y otros compuestos.

"Las mujeres embarazadas necesitan una mayor ingesta de líquidos debido a cambios fisiológicos en la madre y para el crecimiento fetal", dice la Dra. Elisabetta Bernardi, Bióloga Especialista en Ciencia de los Alimentos y miembro del Observatorio Sanpellegrino. “Según SINU - la Sociedad Italiana de Nutrición Humana - la ingesta adecuada de agua (ml / día) para las mujeres embarazadas es de 2350 ml / día aproximadamente 10 vasos por día. Durante la lactancia, la ingesta diaria debe aumentar a trece vasos por día. Además, si sufre de náuseas matutinas, pierde algunos líquidos adicionales, por lo que es importante tratar de beber un poco más para remediar esto también ". Concluye el doctor Bernardi.

Un estudio reciente [1] analizó el impacto de una hidratación adecuada en la última etapa del embarazo y el parto. Las diferencias significativas en los niveles de hidratación se relacionaron con la diferencia de peso y longitud del feto. En el grupo con los niveles de hidratación más bajos, fueron 596,1 gy 1,8 cm más bajos que el grupo debidamente hidratado, respectivamente.

Por tanto, una correcta ingesta de agua ayuda a mantener eficientes todos los sistemas fisiológicos del cuerpo. Al hidratarse adecuadamente, se alivian las funciones renales y se pueden reducir las infecciones del tracto urinario. Además, beber mucha agua ayuda a las mujeres a promover la regularidad intestinal y a combatir la retención de agua.

La importancia del agua durante el embarazo