El Tribunal Constitucional alemán declaró parcialmente ilegítimas las compras de bonos del Estado por parte del banco central europeo. El BCE respondió fríamente: "Tomamos nota de esto".
El juicio alemán de Corte de Karlsruhe es una piedra que pesa sobre el BCE, pero también sobre el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas. Los jueces alemanes quieren frenar, en la medida de lo posible, las medidas económicas que el BCE quisiera seguir aplicando, después de haber recibido el mandato de la Comisión de la UE. Estamos hablando de compras de bonos del Estado, Quantitative Easing, la famosa bazuca del expresidente Mario Draghi.
Medidas, consideradas por los tribunales alemanes, no conformes con el Tratado de Lisboa y para las cuales se invoca la intervención del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas.
El presidente del BCE Christine Lagarde, tiene 90 días para analizar las medidas a la luz de las disputas, en caso de que el Bundesbank, como han sancionado los togates alemanes, tenga que abandonar el programa de compras que había puesto en marcha Draghi.
El canciller intervino en todo el asunto. Angela Merkel, quien habló de un veredicto importante porque se refiere a los límites de lo que puede hacer el BCE y está en contradicción con la decisión europea.
La QE, escribe la Reppubblica, es demasiado distorsionante con respecto a las elecciones de los gobiernos o las evaluaciones de los mercados, y corre el riesgo de salvar empresas fallecidas, penalizar a los ahorradores, favorecer a los deudores. Además, la sentencia sobre Qe arroja una larga sombra también sobre el programa extraordinario para la pandemia, los 750 mil millones de Pepp. También son previsibles apelaciones en este sentido, ahora que ha salido la esperada sentencia de Karlsruhe sobre un programa que todavía presenta mucho más en juego que Pepp.
La "desproporción" de la QE, argumentan los jueces alemanes, no fue reconocida hace dos años por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Por tanto, Karlsruhe sostiene que ese veredicto "no es comprensible" y que permite que un tribunal nacional lo modifique. Con esa sentencia, los jueces de la UE pasaron “ultra vires”, más allá de su jurisdicción. Pero el duelo apenas comienza.
La historia también intervino pierre moscovici: No debes vendar tu cabeza y seguir por el camino marcado. Luego aumenta la dosis: "La decisión del Tribunal alemán no considera elementos que cumplan con los motivos de quienes presentaron la contestación al programa de compra buscado por el ex gobernador Mario Draghi y, por lo tanto, no hay consecuencias inmediatas que lo impidan. Lo que debe quedar ahora es razonabilidad y calma. El objetivo final, incluso si todavía está lejos, dice Moscovici es tener una Unión Europea más fuerte, unida e integrada ”.