OTAN, el "problema de Rusia" en el centro de las conversaciones de los ministros de Relaciones Exteriores. Peligro de misiles SSC8

Rusia ocupa un lugar central en la OTAN. Los ministros de Relaciones Exteriores aliados se reunieron para discutir formas de disuadir a Moscú de su postura contra Ucrania y alentarlo a cumplir con el importante tratado nuclear que se encuentra en la era de la Guerra Fría.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, y los socios de la OTAN mantendrán conversaciones con el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Pavlo Klimkin. De hecho, Kiev busca apoyo internacional para el asunto del Mar Negro.

Los guardias fronterizos rusos dispararon contra tres barcos de la marina ucraniana en el Mar Negro, cerca de Crimea, que había sido ocupada por Rusia. Los barcos y tripulaciones fueron capturados.

Pero no está claro qué podría hacer la OTAN más que la patrulla marítima y el control del espacio aéreo, lo que ya hace en la región.

Ucrania no es miembro de la alianza, esto es lo que señaló el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y dijo a los aliados que ya "brindamos un fuerte apoyo político y un fuerte apoyo táctico".

Los aliados de la OTAN han ayudado a modernizar el ejército ucraniano y han fortalecido su presencia en el Mar Negro durante el año pasado, con más barcos desplegados en la región y más policía aérea. Tres aliados de la OTAN en el Mar Negro - Bulgaria, Rumanía y Turquía - también están tomando medidas nacionales individuales.

Las naciones de la OTAN, individualmente y a través de la Unión Europea, también han impuesto sanciones económicas a Rusia desde que anexó la península de Crimea de Ucrania en 2014.

En cualquier caso, Rusia sigue siendo un problema. A pesar de que la OTAN lanzó su mayor ejercicio militar en Europa desde la Guerra Fría, las acciones de Rusia cerca del Mar de Azov la semana pasada muestran que el aumento de la presencia aliada no desalienta en absoluto sus objetivos en el este de Ucrania.

La OTAN también está muy preocupada por el nuevo sistema de misiles SSC8 de Rusia. Estados Unidos ha compartido pruebas de inteligencia con sus aliados de que el misil de crucero podría darle a Moscú la oportunidad de lanzar un ataque nuclear en Europa sin previo aviso.

Washington dice que el sistema va en contra del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Medio de 1987, que prohíbe todos los misiles de crucero terrestres con un alcance entre 500 y 5.500 kilómetros (310-3.410 millas). Por este motivo, el presidente Donald Trump amenaza con retirarse del pacto bilateral.

"Es esencial que Rusia cumpla de manera transparente y verificable, porque el tratado de 1987 es fundamental para nuestra seguridad", dijo Stoltenberg a los periodistas.

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