Según un informe elaborado por la ONU sobre Somalia, una facción del Estado Islámico (Isis) activa en Somalia se ha fortalecido mucho durante el último año, gracias a los fondos recibidos de Siria e Irak. La facción estaría dirigida por el jeque Abdulqader Moomin, y fue atacada la semana pasada en la primera operación estadounidense contra ISIS en el Cuerno de África.
El informe afirma que el grupo Isis, que en 2016 tenía "no más de unas pocas docenas de personas, ha crecido mucho en fuerza" y podría "contar hasta 200 combatientes". Las escuchas telefónicas revelaron contactos entre Moumin y un militante de Isis en Yemen, que actuaría como intermediario con altos comandantes de Isis en Irak y Siria, "aunque la naturaleza exacta de este contacto no está clara". El informe afirma que algunos combatientes que abandonaron el grupo confirmaron que la organización de Moumin recibiría órdenes y financiación de Irak y Siria.
El grupo capturó la ciudad de Qandala en la región somalí de Puntland en octubre de 2016, convirtiéndose en la sede del califato islámico en Somalia, pero dos meses después fue derrocado por fuerzas locales respaldadas por Estados Unidos. En febrero, los yihadistas lanzaron un ataque contra un hotel en Bosaso, la capital económica de Puntlandia, y en mayo el primer ataque suicida contra un puesto de control policial cerca de Bosaso, matando a cinco personas.
"El grupo mostró capacidades tácticas cada vez mayores durante el primer ataque al hotel", escribieron los expertos de la ONU. El grupo Isis en Somalia "atrae a combatientes extranjeros más que a los Shebabs", afiliados a Al Qaeda, según la ONU. Sin embargo, a los combatientes se les paga mal o no se les paga en absoluto. Si los combatientes solteros no reciben ningún salario, a los casados se les paga $ 50 al mes, más entre $ 10 y $ 20 por hijo, según la edad. Según la estimación realizada por la ONU, el pago de los sueldos vale entre 3.000 y 9.000 dólares mensuales, por lo que los líderes de Isis pueden contar con "un presupuesto limitado para financiar la revuelta". La falta de fondos favorecería las deserciones, según la ONU, tanto de Isis como de Shebab.