Plástico en los océanos: el primer mapa espacial

(por Ammiraglio de Giorgi) Una vez más, la tecnología espacial nos ayudará a comprender mejor una dinámica fundamental para el ecosistema global: la de la entidad real de plástico presente en los océanos Se puede crear un mapa real de esta contaminación tan contaminante gracias al proyecto vinculado a los satélites Sentinel 3, del programa Copernicus impulsado por la ESA, (Agencia Espacial Europea) y la Comisión Europea. Los satélites nos permitirán encontrar esos millones de toneladas de plástico (unas 10) que acaban en los océanos cada año. El proyecto comenzó en septiembre de 2017 y cuenta con un italiano, Paolo Corradi, como coordinador de investigación. Los primeros resultados se presentaron en la Conferencia Internacional sobre Desechos Marinos organizada en San Diego, Estados Unidos.

«El objetivo del proyecto - comentó Corradi - es evaluar la viabilidad de mediciones ópticas directas de residuos plásticos realizadas con ayuda de satélites. Parecería imposible, pero hay razones para creer que se puede hacer, al menos para determinadas concentraciones. Con los satélites tenemos la posibilidad de crear mapas detallados de las corrientes oceánicas y así simular en la computadora los caminos y áreas donde el plástico se acumula en el Océano Pacífico y en los demás mares del mundo. Desde satélites no será posible fotografiar plásticos flotantes, pero podremos identificar una "firma espectral" de estos materiales, con un sistema similar al que nos permite identificar las concentraciones de fitoplancton, sedimentos en suspensión y diversos contaminantes marinos.".

Pero, ¿cómo puede suceder todo esto en la práctica? En esencia, las imágenes observadas por los satélites se comparan luego con las obtenidas desde aviones y desde el suelo, cuando se recolecta el plástico a la deriva para realizar análisis detallados. Tener una imagen precisa de las concentraciones de plástico en los océanos es sin duda muy importante para conocer una de las formas más graves de contaminación capaz de dañar irreversiblemente la fauna marina y llegar a lo más alto de la cadena alimentaria, con efectos a largo plazo en la vida aún desconocidos. de los animales y de la salud del ser humano. Por otro lado, los datos reportados por el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) son alarmantes: cada año más de 8 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos. El plástico que se produce hoy es 20 veces más alto que en la década de 60 y, en 2050, habrá más plástico que pescado en los mares del mundo, y el 99% de las aves habrá comido cantidades más o menos grandes de plástica.

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