La Policía del Estado de Parma, en ejecución de una orden de aplicación de medidas cautelares personales dictada por el Gip en el Tribunal de Parma a solicitud del Ministerio Público, detuvo a dos sujetos, ambos ex colaboradores de la justicia, con antecedentes de delitos atribuibles al narcotráfico y en su momento contiguos a una organización criminal de tipo mafioso, por ser responsables de múltiples episodios de usura en detrimento de ciudadanos y pequeños empresarios desde 2011 hasta la actualidad.
A partir de finales de 2017, a través de las investigaciones realizadas por la Jefatura de Policía de Parma, había surgido una disponibilidad de dinero anómala de un colaborador legal que había estado presente en la provincia de Parma durante unos 10 años; el hombre, de hecho, parecía llevar un estilo de vida muy superior a las posibilidades que le permitía el salario percibido por su conocida actividad laboral.
Las primeras investigaciones realizadas a su favor y por cuenta de su pareja, también colaboradora de la justicia y imputable al mismo grupo delictivo en el que el hombre había tenido un rol protagónico en el narcotráfico, permitieron constatar que los dos eran los propietarios reales de un negocio en la ciudad de Parma, registrado formalmente a nombre de un testaferro y adquirido por una mujer de Parma que, después de haberlo vendido, había sido contratada en el mismo negocio como empleada.
Con base en estos primeros elementos, gracias también a las declaraciones realizadas por el ex propietario del negocio y por otras personas que, por diversos motivos, habían interactuado con la pareja, los investigadores confirmaron que los dos efectivamente tenían una disponibilidad importante. préstamos económicos y desembolsados a particulares en dificultades económicas, exigiendo su reembolso con tipos de interés exorbitantes.
La actividad de investigación posterior, coordinada por el Ministerio Público de Parma, permitió adquirir elementos para sustentar la hipótesis de la investigación inicial, al identificar a algunas de las víctimas y verificar el carácter usurero de las tarifas aplicadas.
De las encuestas, en particular, se han recopilado elementos significativos para apoyar
que el hombre -aprovechando la credibilidad que le garantizaba su condición de colaborador de la justicia (que hacía alarde con colegas y conocidos) y haciendo alarde de amistades, conocidos y encubrimientos- se puso a disposición para "ayudar" a las personas que (habiendo vencido a la canales ordinarios para la obtención de préstamos legales) necesitaban dinero para cubrir necesidades familiares o laborales, para luego pasar a otorgar préstamos contra los cuales, en el estado de las investigaciones, impuso tasas de interés que estaban entre 130% y 450 %, todo siempre con la ayuda de su pareja.
Nuevamente de acuerdo con la reconstrucción realizada por esta Oficina, compartida por el GIP por cautela, en los casos en que los beneficiarios de los préstamos no pudieron cumplir con los compromisos asumidos, el hombre - alternando la persuasión con amenazas veladas vinculadas a su pasado criminal y disponibilidad de armas - habría obligado al mencionado a encontrar el dinero "adeudado" o con más préstamos otorgados por él mismo (desencadenando así un círculo vicioso en el que el vínculo con él se convirtió en una forma de dependencia y las tasas de interés aumentaron exponencialmente) o mediante la transferencia de la propiedad de acciones de empresas, inmuebles o vehículos.
En este último caso, los bienes transferidos, antes de pasar por la plena disponibilidad de los dos sospechosos, pasaron de la víctima a un testaferro para ocultar su origen directo.
En conclusión, la investigación en su conjunto permitió obtener pruebas sustanciales contra los dos sospechosos, de la misma forma que se puede considerar que han montado un negocio próspero, gracias sobre todo a la actitud silenciosa de las víctimas cuyas posiciones han sido cuidadosamente resaltados.
Con motivo de los allanamientos realizados en el domicilio y en el local de la actividad comercial imputable a los sospechosos, se encontraron diversos documentos que podrían ser útiles para constatar los supuestos delitos (facturas y cheques bancarios imputables a los infractores y escrituras privadas objeto de investigación) .
Además, n. 20 balas cal. El potro 45 incautado contra el único colaborador de la justicia, cada uno de los cuales procede por separado.