Impetuoso informe de la CGIA: "Evasión 110 mil millones, ineficiencias del Estado 200 mil millones"

Una provocación, la lanzada por la Oficina de Estudios de la CGIA, que descansa sobre la dimensión económica particularmente significativa de dos fenómenos profundamente sentidos por la opinión pública.
Si bien ambos no son comparables desde un punto de vista estrictamente estadístico, aún podemos decir con buena aproximación que la evasión fiscal y previsional presente en nuestro país - igual, según datos del Ministerio de Economía y Finanzas, a aproximadamente 110 mil millones de euros al año - asciende a poco más de la mitad de los desperdicios, desperdicios e ineficiencias provocados por la mala gestión de nuestra Administración Pública (AP) que, la CGIA, estima en más de 200 mil millones de euros al año.
Por tanto, en la relación débito / crédito entre el Estado y el contribuyente italiano, este último pagaría el precio más alto. Eso sí, avísele a la CGIA, nadie puede argumentar que la evasión fiscal es justificable porque nuestra Administración Pública tiene un nivel de eficiencia relativamente bajo.
Si todos pagaran lo que les corresponde, tendríamos más recursos para hacer que la maquinaria pública funcione mejor, asegurando así un mayor nivel de justicia social y civilización. Pero es igualmente cierto que si tuviéramos una AP con un nivel de productividad y tiempos de respuesta a los ciudadanos / empresas en línea con la media europea, probablemente tendríamos incluso menos evasión fiscal, porque quienes no pagan podrían hacerlo. asi que.
Quienes defrauden a las autoridades fiscales, por tanto, deben ser perseguidos y condenados, sin peros, dondequiera que se escondan; sin embargo, no debe olvidarse - y sucede con frecuencia en la opinión pública - que nuestra máquina de estado funciona en promedio poco y mal y, como recordó el gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco: Constituye uno de los principales obstáculos al crecimiento económico de nuestro país ”
Si, de hecho, pudiéramos con un golpe de varita mágica eliminar una buena parte del derroche y despilfarro que acecha dentro de la AP, probablemente el gasto público italiano costaría mucho menos y, en consecuencia, el nivel de presión fiscal sería más contenido, beneficiando a quienes pagan todos los impuestos, hasta el último centavo.
No solo. Se cree ampliamente que la lealtad fiscal de un país también es inversamente proporcional al nivel de impuestos al que están sujetos sus contribuyentes. Por tanto, con una menor carga fiscal, incluso como resultado de un menor gasto público, el tamaño de la evasión fiscal probablemente estaría muy por debajo de los 110 millones de euros estimados.
La eficiencia de nuestro gasto público es un problema que venimos llevando desde tiempos inmemoriales y corre el riesgo de serlo también en los próximos 6 años, cuando seamos llamados a invertir muchos recursos públicos. De los 210 millones de euros puestos a disposición por la Unión Europea, Se utilizarán 145 para realizar las inversiones adicionales que, en 2026, garantizarán, según el Gobierno, 3 puntos porcentuales adicionales del PIB.
Pues bien, frente a estos 145 millones, el valor añadido de nuestro país superará, al final de la operación, los 55 millones de euros. Por tanto, la rentabilidad de las intervenciones indicadas en el borrador de la "Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia”Redactado el 12 de enero, parece muy contenido. No solo. Como se mencionó anteriormente, Europa nos permitirá invertir un total de 210 mil millones de euros durante los próximos seis años. Una cifra importante que afectará el futuro de nuestro país. Sin embargo, no debemos olvidar que netos de intereses de la deuda, el nuestro gasto público el año pasado fue un poco menos de 900 millones de euros y, por más del 90 por ciento, es de carácter corriente (sueldos, pensiones, compras, funcionamiento de estructura, etc.).
Está claro que tendremos que gastar los recursos que se nos asignen con la La próxima generación de la UE con mucha atención. Pero con más razón tenemos para hacerlo todos los años, cuando estamos llamados a gastar cuatro veces más que los recursos europeos que, en cambio, gastaremos en seis años.  
Sin embargo, desde la CGIA les interesa señalar que sería incorrecto generalizar y no reconocer, por ejemplo, los niveles de excelencia que caracterizan a muchos sectores de nuestra AP. Como, por ejemplo, la salud (especialmente en las regiones centro-norte), el sector de las telecomunicaciones, el nivel de docencia y profesionalismo presente en muchas universidades / instituciones de investigación y la calidad del trabajo realizado por la policía y las fuerzas armadas.
Dicho esto, la Oficina de Estudios del CGIA ha recogido los resultados de una serie de elaboraciones sobre las ineficiencias, el despilfarro y la mala gestión que de diversas formas caracterizan a nuestra Administración Pública.

En resumen, cabe señalar que:

  • el coste anual de las empresas para gestionar las relaciones con la Autoridad Palestina (burocracia) es de 57 millones de euros (Fuente: The European House Ambrosetti);
  • las cuentas comerciales a pagar de la Autoridad Palestina a sus proveedores ascienden a 53 millones de euros (Fuente: Banco de Italia);
  • el déficit logístico-infraestructural penaliza nuestro sistema económico por un importe de 40 millones de euros anuales (Fuente: Ministerio de Infraestructuras y Transportes);
  • si la justicia civil italiana tuviera el mismo calendario que la alemana, la ganancia en términos de PIB sería de 40 mil millones de euros al año (Fuente: CER-Eures);
  • 24 millones de euros de exceso de gasto público no nos permiten reducir nuestra carga fiscal en comparación con la media de la UE (Fuente: Documento de debate 23 Comisión Europea);
  • el desperdicio y la corrupción en la atención médica cuestan a la comunidad 21,5 mil millones de euros cada año (Fuente: GIMBE);
  • Los residuos y las ineficiencias en el sector del transporte público local ascienden a 12,5 millones de euros al año (Fuente: The European House Ambrosetti-Ferrovie dello Stato).

Como hemos resaltado anteriormente, estas ineficiencias en nuestro AP provienen de diferentes fuentes, no se pueden sumar, también porque en muchos casos las áreas de influencia de estos análisis se superponen. Sin embargo, estas advertencias no afectan la exactitud de la reflexión expresada.
Básicamente, podemos decir que la cantidad de evasión fiscal es mucho menor que los efectos negativos que genera el mal funcionamiento de nuestra AP. Efectos que, en muchas circunstancias, se producen como consecuencia de una clara violación de las leyes y reglamentos por parte de administradores y funcionarios públicos sin escrúpulos. 

Impetuoso informe de la CGIA: "Evasión 110 mil millones, ineficiencias del Estado 200 mil millones"