(por Davide D'Amico, miembro del Consejo de Gobierno de la AIDR y Director del Ministerio de Educación) En esta fase compleja para nuestro país, el inicio de un nuevo gobierno liderado por Draghi, circulan varios rumores sobre el plan de recuperación italiano o mejor sobre el plan de la UE de próxima generación lanzado a la luz de las consecuencias económicas y sociales de la pandemia Covid-19. Algunos creen que se hará un nuevo borrador, otros que solo habrá cambios menores. Lo único cierto de momento son los recursos económicos, alrededor de 210 millones de euros y los objetivos estratégicos compartidos a nivel europeo en los ámbitos de la digitalización y la innovación, la transición ecológica y la inclusión y cohesión social. El plan de recuperación representa una oportunidad verdaderamente importante para hacer frente con eficacia a las complejas transformaciones de las inevitables transiciones ecológicas y digitales y debe hacerlo apoyando, entre otras cosas, mecanismos de asociación público-privada que se basen en objetivos de mejora eficaz del sistema. País, en pleno respeto de los roles diferentes y reconocidos. Además, parte de los objetivos están orientados a fortalecer el papel de la mujer y combatir la discriminación de género, promoviendo el desarrollo de competencias, a través de la formación continua, asegurando la capacidad y las perspectivas laborales de los jóvenes, prestando especial atención al reequilibrio territorial y al desarrollo. Sur.
El plan de "recuperación", por lo tanto, representa una oportunidad que no debe desperdiciarse y deberá utilizar los fondos relacionados para desencadenar un proceso de crecimiento económico "sostenible". Por ello debe basarse en reformas, que caracterizan la parte estructural de la intervención y, al mismo tiempo, en inversiones, en recursos financieros concebidos como verdaderos “aceleradores extraordinarios” de la implementación de las mismas reformas. Por ello es necesario centrar la atención en aquellas áreas y temas que sean capaces de generar, con oportunas "inyecciones de líquido" en el corto a mediano plazo, el máximo retorno para nuestro país, en términos de crecimiento económico, cohesión e inclusión social. Es evidente que un plan tan ambicioso se ve inevitablemente afectado por el actual gobierno, a pesar de que las limitaciones impuestas por la UE a las macro áreas de intervención son claras y bien definidas.
Es igualmente claro que una vez cerrado el capítulo "plan", es necesario asegurar que su puesta a tierra se implemente de manera efectiva en el plazo previsto, respetando los hitos y metas definidos y, sobre todo, asegurar que la capacidad administrativa y de gestión que permita la uso oportuno de estos grandes recursos financieros. Saber gastar 210 millones a medio plazo significa disponer de estructuras organizativas, en las administraciones públicas, con profesionales capaces de gestionar licitaciones y licitaciones públicas, hacer seguimiento de proyectos, informar de las acciones y actividades realizadas con una celeridad superior a la generalmente exigida. Proyectos europeos con fondos estructurales.
Por tanto, es necesario contratar rápidamente figuras profesionales idóneas que no sean necesariamente sólo jóvenes titulados, sino también, y preferentemente, personas con cierta "antigüedad" del sector privado de asistencia técnica a fondos europeos y gestores de proyectos reales. Cuanto más podamos invertir en la participación de recursos profesionales altamente calificados en la fase de "puesta a tierra" del plan de recuperación, más oportunidades tendremos de llevar a cabo las reformas relacionadas y los proyectos establecidos. Se espera que la implementación del plan de recuperación sea también una oportunidad para iniciar un trabajo en red permanente entre administraciones públicas en beneficio del desarrollo continuo del capital profesional de la AP, para construir una nueva cultura en el país, basada en el diseño concreto. desafíos que se basan en objetivos reales y resultados efectivamente medibles.