Rusia es muy activa en las redes sociales para aumentar la protesta del chaleco amarillo en Francia. ¿Simple sugerencia o realidad dramática?

El hecho de que Rusia sea muy hábil en conflictos híbridos es ahora un asunto conocido, solo retroceda unos años y analice cómo Moscú anexó Crimea. También hay muchas presuntas injerencias en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, en las elecciones de Francia, Alemania e Italia. Ayer Sputnik Italia informó de una investigación en curso por parte de las fuerzas de seguridad francesas sobre un supuesto condicionamiento, a través de las redes sociales, de Rusia sobre las protestas de los chalecos amarillos en Francia.
El ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, dijo que la Secretaría General de Defensa y Seguridad Nacional (SGDSN) está investigando la supuesta participación de Rusia en las protestas de los chalecos amarillos.
“He escuchado estos rumores… Echemos un vistazo a los resultados de esta investigación. No juzgaré nada hasta que se establezcan los hechos ”, dijo Le Drian.
Dijo que, en la actualidad, hay temas en los que Francia y Rusia tienen posiciones conflictivas, pero también hay temas en los que sus posiciones son similares y los campos en los que los dos países colaboran.
Anteriormente, el periódico británico The Times informó que cientos de cuentas de Twitter, potencialmente vinculadas a Rusia, se utilizaron para compartir más de 1500 mensajes al día para "aumentar la escala de las protestas callejeras" en Francia. Tales mensajes son un vehículo de desinformación, señala la publicación, ya que han publicado imágenes de manifestantes heridos en otras protestas, para amplificar la percepción de violencia utilizada por la policía francesa. Las protestas de los chalecos amarillos a gran escala contra el aumento de los precios de la gasolina comenzaron en Francia el 17 de noviembre y cada fin de semana se registran nuevas tensiones con la participación de varios interlocutores sociales.
Sin embargo, Rusia ha negado repetidamente las acusaciones de interferir o intentar influir en los asuntos internos de otros estados.

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