Sabotage Nord Stream permanece entre los secretos de los 007

La isla de Christianso en el Mar Báltico se encuentra el puesto de avanzada danés frente al oleoducto corriente norte 2Saltó a las noticias mundiales por un sabotaje que tuvo lugar el pasado 26 de septiembre.

La policía danesa está examinando varias hipótesis. Mientras tanto, frente a Christiansö, un barco especializado en exploración submarina continúa recogiendo pistas, escoltado por un barco de la armada alemana. Hay muchas versiones proporcionadas por la inteligencia occidental, en respuesta a las acusaciones rusas contra Estados Unidos, Ucrania e Inglaterra.

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Una de las pistas conduce al ejército ucraniano. Presidente Volodymyr Zelensky supuestamente envió un comando con la misión de acabar con la dependencia de Alemania del gas ruso.

En apoyo de esta tesis, las huellas de polvo encontradas en un velero alquilado, el Bavaria C50 de 15 metros, elAndrómeda. Este último, procedente de Rostock, su puerto de salida en Alemania, hizo una breve escala en Christiansö en los días que precedieron a la explosión, sin detenerse en el resto de localidades turísticas cercanas y en particular en la isla de Bornholm, imprescindible para los navegantes que frecuentan esta región báltica.

Los investigadores alemanes descubrieron que uno de los tripulantes del velero estaba en posesión de un pasaporte búlgaro falso y que los marineros entre ellos hablaban un idioma que, según el arrendador, se parecía al polaco. El oleoducto tiene 80 metros de profundidad y habría sido necesaria una cámara de descompresión para colocar una bomba, que es difícil de transportar en un velero.

El periodista estadounidense Seymour Hersh, ganador del Premio Pulitzer, afirma, sin embargo, que el sabotaje ha sido preparado durante mucho tiempo por los servicios secretos estadounidenses. Según él, los detonadores fueron colocados en los gasoductos en el verano de 2022 por una unidad de buzos de la CIA durante un entrenamiento militar de la OTAN en la región.

Luego, los explosivos serían detonados a distancia desde un avión por orden directa de Joe Biden, quien siempre se ha opuesto al proyecto de construcción del gasoducto Nord Stream 2. El objetivo era demostrarle a Rusia, que financió la mitad del gasoducto, que Estados Unidos Unidos no se limitó a sólo el suministro de armas a Ucrania. Tras varias semanas de investigación, un conocido analista danés, Oliver Alexander, cruzó toda la información disponible, procedente de satélites, GPS y el "Sistema de Identificación Automática" que permite a armadores de todo el mundo localizar todas las embarcaciones presentes en mar en tiempo real. Encontró que antes y después del sabotaje, hubo un atasco de tráfico aéreo y marítimo inusual cerca de la isla de Christiansö. Había muchos barcos "fantasmas" con el transpondedor apagado para permanecer en el anonimato.

Un avión de radar de la Fuerza Aérea Sueca sobrevoló la isla durante la noche del 26 de septiembre, la noche del sabotaje. Poco antes había sido una fragata del Marina Real Danesa, el Nymfen, que había salido de la base de alta velocidad puerto rodby para dirigirse al sitio de la explosión antes de partir de nuevo unas horas más tarde.

A mediados de septiembre, quince días antes del sabotaje, se avistaron en la zona varios barcos estadounidenses. Oficialmente, pasaban por aguas territoriales danesas para participar en el ejercicio de la OTAN. Otro hallazgo: una nave de comunicación del mando de la flota rusa de Kaliningrado (Rusia) se dirigió a la región para alcanzar una fragata, una corbeta y una pequeña nave espía rusa, capaz de embarcar un mini submarino denominado “AS-26”. El AS-26 se construyó después del accidente de Kursk y está destinado a evacuar equipos de emergencia. Está equipado con brazos articulados capaces de mover cargas pesadas.

Las tesis son todas válidas pero ninguna ha llevado con certeza a arrojar luz sobre el sabotaje estratégico más grave de la historia moderna.

Alemania y el Nord Stream

En 2015, a pesar de la anexión de Crimea, Angela Merkel dio el pistoletazo de salida a la construcción de Nord Stream 2, cofinanciado a partes iguales por Gazprom (propiedad mayoritaria del Estado ruso) y cinco empresas europeas (incluida la francesa Engie, que ha invertido miles de millones de euros). El proyecto provoca la irritación de Estados Unidos que acusa a Alemania de seguir en brazos de Rusia a pesar del grave asunto de Crimea. Por ello, Donald Trump ha impuesto sanciones a un centenar de empresas europeas que participan en la construcción del gasoducto. Ante el Bundestag, Angela Merkel se rebela: “El tipo de sanciones extraterritoriales impuestas por Estados Unidos no corresponde a nuestra concepción del derecho. Constituyen una injerencia en nuestros asuntos internos“. Joe Biden, posteriormente cancela las sanciones impuestas por Trump. El resto es la historia de nuestros días,

En conclusión, Nord Stream 2 nunca entró en servicio y la empresa que gestionaba el gasoducto quebró, mientras que Alemania tuvo que cambiar su estrategia energética.

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