(por Francesco Matera) Ayer las primeras "convocatorias" para la elección del Presidente de la República, lamentable escena prevista por la Constitución, la lectura de una inútil secuencia de papeletas en blanco, a la espera de que el quórum disminuya de día en día poco más de 500 votos, condición que se producirá el cuarto día. Una tergiversación de la Carta que permitió, sólo en dos casos de trece, la elección del Presidente en primera vuelta. Este rito, ahora anacrónico, especialmente en el momento de la pandemia, permite que los partidos políticos decidan, entre bastidores, el nombre de un candidato compartido. Pero ayer fuimos testigos de la enésima tragedia de la política actual, entre vetos opuestos y palmadas en la espalda falsas.
Sin embargo, Él se mueve. Afortunadamente Mario Draghi ya avanzando como Jefe de Estado”en pectoral“Decide tomar la dirección del juego difícil: por lo tanto, ha recibido o escuchado a los líderes del partido por teléfono sin pedir votos para sí mismo, sino solo para asegurarles que el empuje propulsor de un posible nuevo gobierno continuará y continuará.
Sin embargo, la Liga ha prometido no dejar el gobierno, pidiendo a cambio una reorganización sustancial con Salvini en el Viminale en el horizonte. Enrico Letta recibió, sin embargo, la garantía de no otorgar el Ministerio del Interior a Salvini (... ya veremos... ed), dando a cambio la voluntad del dem para la formación de un nuevo gobierno con otro primer ministro capaz de continuar la legislatura hasta la caducidad natural.
La hipótesis que circula en la mayoría, por tanto, es la candidatura Luigi Di Maio en el Palacio Chigi con un nuevo gobierno prodrómico para la investidura de Draghi al Colle. No es casualidad que Di Maio ya reciba desde ayer a parlamentarios de varios partidos para definir la estrategia. Incluso el Partido Demócrata parecería converger en esta dirección, una fuente de la secretaría del Partido Demócrata da a conocer que el partido está a favor de la iniciativa: "ciertamente se puede hacer, pero debe ir acompañado de la elección de Draghi al Colle. Por ahora todavía no llegamos, Salvini debe estar convencido”.
Letta y Salvini, cara a cara, coincidieron en la estructura bipolar. Centroderecha y centroizquierda volverán a enfrentarse en las elecciones y no ahora, mientras tanto pueden convivir como lo hicieron este año, y por tanto no en un gobierno político de centro liderado por Casini, sino en un gobierno de amplia entendimientos, donde lo diferente convive sin nunca fundirse.
Cuando Salvini dijo ayer que no apoyaría a Casini en el Quirinale, en el Palacio Chigi y en el Partido Demócrata entendieron que la Liga Norte finalmente había elegido campo.
Fuentes parlamentarias informan que Draghi también escuchó a Silvio Berlusconi, luego de buscarlo para conocer su estado de salud. Y si Giuseppe Conte aún no ha visto a Draghi, a menudo lo hace Di Maio, que en su ascenso lleva el pesado hombro del número dos de la Liga, Giancarlo Giorgetti.