Grave accidente en Magdeburgo, ciudad situada a unas dos horas al oeste de Berlín, donde un coche embistió a una multitud de personas durante un mercado navideño. El accidente provocó varios muertos y heridos (el balance provisional es de 4 muertos y 60 heridos, 45 de ellos graves), consternando a toda la comunidad e interrumpiendo brutalmente un momento de celebración y convivencia.

El mercado navideño de Magdeburgo, Alemania del Este, se convirtió en un lugar trágico: a las 19 horas, un BMW negro se abalanzó sobre la multitud, corrió a una velocidad vertiginosa entre los puestos iluminados y golpeó a la gente como si fueran peones. El vehículo recorrió la acera de la antigua plaza del mercado, arrollando a decenas de visitantes, dejando a muchos en el suelo entre gritos y pánico. Luego, el coche giró a la derecha y continuó otros 04 metros, mientras todos los que estaban cerca intentaban desesperadamente escapar a un lugar seguro.

Al menos dos personas perdieron la vida, entre ellas un niño, y unas sesenta resultaron heridas. Escenas dramáticas han sacudido el corazón de la ciudad, evocando dolorosos recuerdos de 2016, cuando un ataque similar azotó un mercado navideño en Berlín, provocando numerosas muertes. El conductor del vehículo, un médico saudí de 50 años que vive en Alemania desde 2006, fue detenido poco después de abandonar el coche. Se arrodilló en el suelo, perseguido por los agentes, a pocos metros del lugar del ataque. En el coche, en el asiento del acompañante, se encontró una maleta que requirió la intervención de los artificieros para descartar la presencia de explosivos.

Las autoridades locales, encabezadas por la policía de Magdeburgo, iniciaron inmediatamente una investigación, sin descartar ninguna pista. «Seguimos en la llamada situación de caos, donde todo es posible.», afirmó el portavoz de la policía Andreas Rosskopf, subrayando que aún no está claro si el hombre actuó solo, tenía cómplices o estaba afiliado a alguna organización terrorista. Sin embargo, el gobierno prefirió no posponer las cosas. El Canciller Olaf Scholz expresó inmediatamente su pésame: «Las noticias de Magdeburgo auguran lo peor. Mis pensamientos están con las víctimas y sus familias. Apoyamos a ellos y a las ciudades y ciudadanos de Magdeburgo. Mi agradecimiento a los socorristas involucrados en estas horas difíciles".

La escena del crimen permaneció bajo vigilancia policial hasta altas horas de la noche, mientras las luces azules de los vehículos de emergencia iluminaban la plaza Rathaus. Decenas de socorristas, psicólogos y voluntarios hicieron todo lo posible para ofrecer apoyo a las víctimas y sus familias. Junto a los puestos de madera, símbolo de la tradición navideña alemana, se han instalado tiendas de campaña blancas para dar cobijo a los heridos leves y proteger a los más afectados de la vista de los transeúntes.

Las imágenes de esta tragedia han conmocionado a Alemania, mientras el país se prepara para una de las Navidades más oscuras de su historia reciente. Entre las heridas físicas y psicológicas, se teme que el impacto de este acontecimiento alimente nuevas tensiones políticas, especialmente de cara a las elecciones del próximo febrero. En un clima ya marcado por divisiones e incertidumbres, todo lo sucedido podría aprovecharse para generar controversia.

La Farnesina está trabajando para comprobar la presencia de compatriotas en el lugar de la tragedia.