Trump se centra en Panamá y Groenlandia: la nueva estrategia para contrarrestar los objetivos chino-rusos

Massimiliano D'Elia

Donald Trump ha reavivado el debate geopolítico con una serie de declaraciones que parecen hacerse eco de sus provocaciones pasadas pero que, detrás de la retórica, esconden objetivos estratégicos precisos. El magnate anunció su intención de recuperar el control del Canal de Panamá y reabrir las negociaciones para la compra de Groenlandia, dos movimientos que se enmarcan en una visión ambiciosa de la política internacional y que pretenden fortalecer la posición de Estados Unidos en dos frentes fundamentales: el comercial. y dominio militar.

El Canal de Panamá: una prioridad estratégica. Construido por Estados Unidos en 1914 para conectar los océanos Pacífico y Atlántico, el Canal de Panamá fue devuelto al gobierno panameño en 1999, tras un acuerdo negociado por el presidente Jimmy Carter en 1977. A pesar de las promesas de mantener aranceles “razonables”, los costos de tránsito han aumentado. se ha disparado en los últimos años, alcanzando hasta 300.000 dólares para los barcos más grandes. Trump ha criticado duramente esta situación, señalando que alrededor del 80% del tráfico involucra barcos estadounidenses y que Estados Unidos no puede seguir pagando precios tan altos por una vía fluvial construida con sus inversiones.

La situación se complica con la crisis climática, que ha provocado una importante reducción del tráfico naval debido a la sequía. En 2024, el número de buques en tránsito cayó un 29%, de 14.080 a 9.944. Este escenario ha llevado a Trump a plantear la hipótesis de una posible intervención para recuperar el control del Canal, aunque no está claro si pretende seguir un enfoque legal, económico o, en última instancia, militar.

Además de la cuestión económica, existe una evidente miedo geopolítico. La China, que ya controla dos de los cinco puertos de acceso al Canal, invirtió mucho en la región, construyendo un puente de mil millones de dólares. El Qatar, por su parte, ha ofrecido ampliar la instalación para facilitar la exportación de gas licuado a Sudamérica. Trump teme que estos acontecimientos puedan socavar la supremacía estadounidense en una de las rutas de comunicación más estratégicas del mundo.

Groenlandia: una clave para el Ártico. Groenlandia vuelve a estar en el centro de atención como posible objetivo de Trump, después de que éste expresara interés en comprar la isla en 2019. En su momento, la propuesta fue recibida con escepticismo e ironía por parte de la comunidad internacional, pero la realidad geopolítica del Ártico está cambiando rápidamente. El derretimiento del hielo ha abierto nuevas rutas comerciales y ha hecho accesibles vastos recursos naturales, transformando el Ártico en un nuevo campo de competencia global entre Estados Unidos, China y Rusia. No es casualidad que este año, para responder a la superioridad rusa en la zona del Ártico, Estados Unidos, Canadá y Finlandia hayan unido fuerzas (acuerdo Ice Past) para construir una nueva flota de 90 rompehielos. Rusia parece estar en posesión de la mayor flota de rompehielos del mundo, muchos de los cuales nuclear. China, en cambio, para evitar el paso de sus mercancías por el Mar Rojo (mucho más largo y ahora también peligroso) está mirando con mucha atención esta nueva ruta entre los glaciares.

Para Trump, asegurar el control de Groenlandia significaría obtener una ventaja estratégica en un área cada vez más central para la seguridad nacional y las rutas comerciales internacionales. Además de los aspectos económicos, la isla representa un punto de observación ideal para monitorear las actividades militares de los rivales globales y fortalecer la presencia estadounidense en la zona.

Las implicaciones geopolíticas. Las declaraciones de Trump provocaron reacciones inmediatas. El presidente panameño ha rechazado las acusaciones de control chino sobre el canal, diciendo que los aranceles están determinados por los costos operativos y la dinámica del mercado. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning, subrayó que Pekín respeta la soberanía de Panamá, pero la creciente influencia de China en la región sigue siendo motivo de preocupación para Estados Unidos.

En Groenlandia, sin embargo, las autoridades danesas, que controlan la isla, ya habían rechazado la propuesta de Trump en 2019, calificándola de "absurda". Sin embargo, el creciente interés estadounidense en el Ártico podría generar una mayor presión diplomática.

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