Una nueva centralidad del hombre gracias al humanismo digital.

(por Sandro Zilli - Gerente de Innovación) En un mundo que cambia rápidamente, la realidad en la que operan las personas y las organizaciones se vuelve cada vez más difícil de alcanzar e impone la necesidad de lidiar con la complejidad. Lo digital es el fusible que detonó todo esto y obligó a hacer reflexiones para interpretar el fenómeno en curso. Es fundamental redefinir el papel central del hombre como eje de este proceso evolutivo en el que la cultura, el conocimiento y el crecimiento tecnológico están dando vida a una nueva realidad.

La promesa de hacer del mundo un lugar mejor gracias a la difusión de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, el aprendizaje automático, las redes sociales, corre el riesgo de transmitir como un solo mensaje la previsibilidad de un mundo gobernado solo por la tecnología, en la que el frontera entre hombre y máquina.

No hay duda de que estamos viviendo en una era de transición tecnológica, pero no es obvio que las máquinas tengan las mismas capacidades que el hombre en términos de gestión de procesos cognitivos, creativos y emocionales. Si, por un lado, tenemos una visión salvadora de la tecnología, por otro, se abren escenarios apocalípticos, que ven desaparecer a lo largo de los siglos todo lo que ha contribuido a crear lo que se llama "hombre".

En este torbellino de emociones y en el flujo cambiante de la realidad, una nueva concepción y una nueva forma de considerar la naturaleza humana definible como "Humanismo Digital" se abre camino.

El humanismo digital profesa la recuperación de la centralidad del hombre con respecto a las máquinas y la tecnología, para comenzar un "renacimiento" de la cultura, las relaciones y la moral. No convierte al ser humano en una máquina, ni invierte máquinas en el papel de "seres humanos". El humanismo digital reconoce la especificidad del ser humano y sus habilidades, utilizando tecnologías digitales para aumentarlas y no limitarlas.

Entre utópico y distópico, el humanismo digital se encuentra en un estado de equilibrio, considerando el uso de la tecnología al servicio del hombre y sus necesidades. Esto se aplica no solo en el campo de la producción y la economía, sino también en los campos de la medicina, la investigación y todas las actividades que contribuyen al bienestar social.

HUMANISMO DIGITAL: UN TEMA MULTIFORME

Para comprender mejor el humanismo digital, es útil hacer una distinción entre el término "complejo" y el término "complicado" porque esto nos ayuda a comprender de manera efectiva cómo hemos tratado el problema digital COMPLEJO hasta la fecha.

Complicado deriva del latín "cum plicum", que significa "con pliegues" y la etimología recuerda los pliegues de una hoja, que para ser leída y entendida, debe estirarse eliminando cada pliegue. Cuando queremos resolver un problema mediante el uso de la tecnología, no hacemos nada más que aclarar la "necesidad" a través de un enfoque analítico. Solo subdividiendo el todo en partes individuales, que se analizan y solo se recomponen posteriormente, se puede entender el problema tanto en detalle como en conjunto y luego se puede resolver con una solución de aplicación sustitutiva.

En el caso del término complejo, deriva del latín "cum plexum", que significa "con nudos", o mejor entrelazados. La explicación etimológica se refiere al nudo o al entrelazado, como el tejido de una tela, que no se puede desenredar sin perder su visión general. Al aflojar los nudos del tejido, permanece con los hilos individuales en su mano, perdiendo la forma general de la tela. En este caso, la solución del problema no puede hacerse a través de la segmentación y el análisis de los factores individuales, sino que inevitablemente debe llevarse a cabo mediante la adopción de un enfoque sistémico, que tenga en cuenta la no linealidad del sistema, la interdependencia de los elementos y la ausencia total de la relación causa-efecto. Por ejemplo, integrar una tecnología en un contexto industrial es un problema "complejo" porque puede causar la pérdida de empleos, pero es necesario comprender en qué red de relaciones se inserta la intervención y cómo cambia todo el ecosistema con intervención humana No favorece la inserción de una nueva tecnología, no es una solución adecuada para evitar la pérdida de empleos, sino que es simplemente una forma autodestructiva de perder competitividad como empresa.

Por lo tanto, la transformación digital no es, por lo tanto, un fenómeno complicado debido a su naturaleza tecnológica, pero es un tema complejo, ya que fomenta un replanteamiento del papel social de la tecnología. El humanismo digital da una mirada general al nuevo mundo impregnado por la tecnología, distinguiendo entre cuáles son las promesas de un futuro deseado y cuál es en realidad el desarrollo exponencial e imperfecto de las tecnologías, devolviendo al hombre al centro de nuestro mundo. mundo, caracterizado por sus habilidades intelectuales que lo hacen diferente de cualquier tecnología que quiera imitar el comportamiento humano.

LA DIGITAL PARA MEJORAR LA UNICIDAD DEL SER HUMANO

La tarea del humanismo digital, hasta la fecha, también debe ser actuar como una alternativa a la difusión de la ideología de Silicon Valley que, aunque tuvo como punto de partida e inspiración la mejora de la condición del ser humano, se ha transformado en poco tiempo en una visión distorsionada del futuro donde los personajes negativos del transhumanismo se han convertido en pautas en la creación de un superhombre completamente dependiente de la técnica y desprovisto de cualquier ética moral.

El humanismo digital, a raíz de la corriente cultural de la que heredó su nombre, coloca al hombre en el centro del universo como "faber fortunae suae", que es el arquitecto de su propio destino y al mismo tiempo da la bienvenida a la tecnología digital, entendiendo adecuadamente sus límites. y potencial. Este nuevo paradigma es favorecido por una sociedad en continua transformación, fluida y receptiva al consumidor digital; una empresa que permite intercambios globales continuos, lo que facilita el desarrollo de nuevas empresas y nuevas empresas que a su vez utilizan tecnologías no solo para desarrollar negocios sino también para escalar organizaciones.

El humanismo digital, por lo tanto, proporciona un análisis cuidadoso de la relación hombre-máquina, en lo que es, en todos los aspectos, una relación persona-tecnología. El ser humano ha aprendido a vivir con tecnologías digitales hasta el punto de considerarlas una extensión del yo percibido. Lo digital es una parte integral de nuestro trabajo, nuestro tiempo libre, nuestras relaciones, nuestra forma de vida y, en función de esto, también todos nuestros modelos de negocio y métodos de gestión han sufrido una transformación.

En un estudio realizado por McKinsey, "Jobs Lost, Jobs Gains" se teoriza que en los próximos 10 años, debido al crecimiento exponencial de las tecnologías digitales, aproximadamente la mitad de los trabajos actuales serán automatizados, prediciendo que muchos de ellos se volverán obsoletos y reemplazados por nuevas profesiones La revolución digital no destruirá el mundo del trabajo, inevitablemente transformará sus formas. Las máquinas reemplazarán a los hombres en el desempeño de tareas exigentes, repetitivas, frustrantes y fáciles de realizar, mientras que los seres humanos tendrán la tarea de administrar las tareas más complejas, aquellas que son difíciles de automatizar, pasando del modelo de referencia de "Trabajo" al de " Opera Minds ". A la luz de toda esta transformación, que pone en juego tanto el capital humano como el tecnológico, el humanismo digital asume el desafío de configurar la digitalización de tal manera que pueda contribuir a la humanización del mundo al convertirlo en un lugar mejor.

Una nueva centralidad del hombre gracias al humanismo digital.