por Antonio Adriano Giancane
Visita del Primer Ministro indio Narendra Modi Ucrania marca un punto crucial en la dinámica internacional, que se produce poco más de un mes después del amargo intercambio diplomático con el presidente ucraniano. Volodymyr Zelensky.
Este último había criticado duramente el viaje de Modi a Moscú el pasado mes de julio, que tuvo lugar en un día marcado por los devastadores ataques con misiles rusos contra Ucrania, que habían causado decenas de víctimas. Zelensky había descrito ese encuentro entre Modi y Putin como â € œuna enorme decepción y un golpe devastador a los esfuerzos de paz“, criticando al líder indio por abrazar a Putin durante su conversación.
Hablando en Polonia antes de viajar a Kiev, Modi reiteró la posición de la India y destacó que “ningún problema se puede resolver en un campo de batalla“, y renovando su llamado a conversaciones para poner fin a la guerra. “Durante décadas, la política de la India ha sido mantener la distancia con todos los países. Pero la nueva política de la India es mantener la cercanía con todos los países.“dijo el Primer Ministro indio, esbozando una visión diplomática en evolución para su país.
Modi llega a Kiev en un momento en el que la paz parece cada vez más lejana. La situación sobre el terreno se complicó aún más después de que las fuerzas ucranianas lanzaran una atrevida incursión en el territorio ruso de Kursk, poniendo en dificultades al mando militar de Moscú y asestando un duro golpe a la imagen de Vladimir Putin. El asalto ucraniano ha cambiado radicalmente el relato de la guerra, humillando al Kremlin, pero al mismo tiempo fortaleciendo la posición negociadora de Kiev, que ve en este éxito militar una palanca para exigir la devolución de los territorios ocupados por Rusia. Sin embargo, Moscú descartó categóricamente cualquier negociación y prometió responder con firmeza a la invasión de su territorio.
Si bien Modi ha tratado de mantener una posición equilibrada, está claro que India no es un actor completamente neutral en esta crisis. Los vínculos históricos entre la India y Rusia se remontan a los tiempos de la Guerra Fría y se han cimentado mediante numerosos acuerdos, incluido el Tratado de Paz, Amistad y Cooperación de 1971 y la Declaración sobre Asociación Estratégica de 2000. Estos acuerdos han construido un relación “especial y privilegiada” entre ambos países, basada principalmente en la seguridad, inicialmente en el sector militar y espacial, y posteriormente en el sector energético.
Mientras Rusia busca redefinir su estrategia comercial y financiera para escapar del aislamiento internacional, India está ocupada consolidando su papel como líder del Sur Global. Con un récord demográfico a la vista y la perspectiva de convertirse en un importante motor del crecimiento global en los próximos años, la India se encuentra en una posición única de influencia en el escenario internacional.
Por lo tanto, se espera con gran interés la visita de Modi a Kiev, tanto a nivel regional como mundial. En un contexto de conflicto prolongado, las expectativas son altas: muchos observadores esperan que el líder indio pueda utilizar su influencia para promover un diálogo constructivo con las autoridades ucranianas, presionando por un enfoque negociador que pueda finalmente abrir un rayo de paz.
Si bien India ha adoptado una postura benévola de no alineación hacia Moscú, evitando condenar explícitamente la operación militar rusa en Ucrania y no imponiendo sanciones, el papel de Nueva Delhi como mediadora podría resultar crucial. Modi, con su larga experiencia de liderazgo y su enfoque pragmático, puede facilitar una apertura diplomática entre Kiev y Moscú, aprovechando las relaciones cordiales que la India ha mantenido con ambas naciones.
El mundo sigue atentamente esta visita, con la esperanza de que pueda representar un paso adelante hacia una resolución pacífica de un conflicto que todavía parece estar lejos de su conclusión.
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