Reputación Web, la defensa de la identidad online

(por Dario Scrivano - abogado y socio de Aidr) Hay un término que ha entrado en el vocabulario común en los últimos años primero y luego en Treccani: googlear. El verbo en cuestión indica mucho más que la mera acción de buscar en la red, pero abarca un concepto más amplio, el de confirmar nuestra percepción inicial. Para entender realmente su fuerza y ​​alcance innovador, basta con mirar nuestras acciones diarias: vi un producto, escuché el nombre de cierto lugar en la radio, hablaron muy bien de cierto dentista, en todas estas situaciones, la acción que inmediatamente sigue el primer impulso (por usar un término caro al marketing) es buscar confirmación en línea y precisamente en google: el nombre del lugar en cuestión, o del profesional de la salud, o del producto específico, para volver al ejemplo anterior.

En nuestro viaje online, en busca de confirmaciones y reseñas positivas (los profesionales de marketing llamaríamos a esta fase Momento Cero de la Verdad (ZMOT), nos encontramos con una serie de información, fruto de reseñas y opiniones de otros, que queda en el gran espacio libre de la web. Ya el espacio libre de la web, un mundo sin restricciones y barreras que corre el riesgo de ser también un mundo sin reglas. De hecho, ¿qué pasaría si, para volver al ejemplo anterior, googleando en la web me encontrara una serie de críticas negativas sobre el profesional sanitario sobre el que buscaba información, ¿qué efectos tendrían en mi elección, qué efectos tendrían en la reputación del profesional sanitario en cuestión?

Aquí llegamos al quizás el nodo más espinoso de la reputación web, que incluye no solo toda la información que proporcionamos personalmente en la web o en nuestras cuentas sociales: fotos, vídeos, pensamientos compartidos libremente, sino también lo que otros más o menos a sabiendas, más o menos voluntariamente escriben sobre nosotros. Fotos publicadas por otros, reseñas dejadas en portales dedicados, publicaciones publicadas en su cuenta que se refieren a un producto específico, artículos escritos en blogs. Los ejemplos suelen ser infinitos, así como las oportunidades que ofrece la web para expresarse.

¿Qué impulsó a esa persona a contar la experiencia en términos negativos, cuáles eran las expectativas del comprador sobre el producto? En realidad las variables son muchas y muchas veces y de buena gana, se le hace difícil al cliente que lee un comentario o una reseña en la web, poder captar los mil matices que se esconden detrás de una frase y que se resumen en una reseña negativa, o en un no me gusta, más que en un emoticón con expresión de enfado, o en una casualidad no lo recomiendo. Pero, ¿quién controla toda esta cantidad de información? ¿Qué podemos hacer realmente para protegernos? Es cierto que la web es un mundo virtual, pero no libre de leyes, por lo que, en teoría, podemos hacer cumplir los mismos principios y las mismas reglas que rigen el derecho a la imagen, la reputación e igualmente la protección contra la difamación en el mundo real. . Desafortunadamente, sin embargo, no siempre es tan simple.

Más tortuoso aún es el derecho al olvido, la sacrosanta petición de no ser marcados de por vida en Internet, de que se eliminen datos e información que ya no corresponden a nuestra identidad. El seguimiento constante, la construcción de la reputación web se convierten así en elementos imprescindibles para el ciudadano particular y más aún para las empresas.

Reputación Web, la defensa de la identidad online