La COP28 está llegando a su fin, quizás la decisión histórica de abandonar los combustibles fósiles

Editorial

Nos encontramos en la etapa final de las negociaciones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Cop28, que comenzó el 30 de noviembre en Dubai, Emiratos Árabes Unidos y con fecha límite fijada para el 12 de diciembre. Las 197 Partes, incluida la Unión Europea, enfrentan los desafíos finales para alcanzar un texto final que logre un consenso unánime.

Sin embargo, la tarea es difícil para ministros y delegados, con posiciones encontradas en temas cruciales como el de Arabia Saudita e Irak, miembros de la OPEP, que han expresado abiertamente su desacuerdo con el abandono de los combustibles fósiles, marcando así un punto clave de la Conferencia que, sin embargo, quiere respetar el objetivo del Acuerdo de París de 2015, es decir, limitar el aumento medio de la temperatura a 1,5 grados para 2100 en comparación con los niveles preindustriales.

El tema de los combustibles fósiles representa el núcleo del acuerdo y su inclusión en el documento sería un acontecimiento histórico. La salida gradual de la producción de carbón, petróleo y gas es vista como un camino esencial por los científicos, que atribuyen la responsabilidad del calentamiento global y los consiguientes fenómenos meteorológicos extremos que afligen a muchas partes del mundo a los combustibles fósiles generados por la actividad humana, con especial impacto en pequeñas islas que corren el riesgo de desaparecer.

Mientras esperamos un nuevo proyecto que contenga las formulaciones adecuadas sobre los hidrocarburos, capaces de obtener el consenso de las Partes, el tiempo se acaba. La COP rara vez ha cumplido sus plazos, pero el presidente de la COP28, Sultán Al Jaber, ex director ejecutivo de la petrolera estatal de los Emiratos Árabes Unidos y director de una empresa de energías renovables, instó a los países a terminar el trabajo mañana. Ha enfatizado repetidamente la necesidad de un “acuerdo histórico”, declarando que el fracaso no es una opción.

Perspectivas de ISPI

Los países del Golfo, encabezados por Arabia Saudita, planean aumentar su extracción de petróleo crudo y su capacidad de refinación durante la próxima década en aproximadamente una décima parte. Al igual que los demás bloques, Europa a la cabeza pero también Estados Unidos y China, prometen frenar y luego reducir sus inversiones en el sector. El objetivo es explotar plenamente sus reservas de petróleo -más de la mitad de los recursos mundiales- hasta que el crudo tenga mercado y sea reemplazado gradualmente. lo Qatar está haciendo lo mismo con el gas natural, aumentar la capacidad de licuefacción y exportación en más del 60% para 2027. La estrategia parece clara: hacer dinero en efectivo en sobre hidrocarburos, mientras durey así financiar mientras tanto su camino hacia la transición energética y económica, que pretende independizarlos de los ingresos de los combustibles fósiles. Esta lógica incluye las enormes inversiones en tecnología, servicios, turismo y por último en fútbol.

El nuevo mercado de hidrocarburos

Esta es la razón por la que los Estados que no logren liberarse de la dependencia del petróleo y el gas (o tengan la intención de hacerlo) se encontrarían en un mercado de hidrocarburos aún más oligopólico que el actual. Según las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía En el escenario más optimista –el necesario para llevarnos a cero emisiones netas para 2050– Oriente Medio pasará de producir el 25% del petróleo y el gas a nivel mundial hoy al 40% en 2050, aunque obviamente en volúmenes menores. Si se analizan las cifras relativas a las exportaciones, los porcentajes son aún más alarmantes: se espera que la cuota de mercado de los países del Golfo y de Irán aumente hasta el 65% a mediados de siglo. Según la agencia, quienes pagarán el precio en particular serán los países más frágiles y menos equipados para la transición energética. Si Europa es enviada -no lo suficiente, pero más rápido que otros- hacia un futuro renovable, y Estados Unidos tiene petróleo y gas en casa, serán sobre todo los países emergentes del Pacífico asiático los que se volverán cada vez más dependientes de las exportaciones de Oriente Medio. Y por tanto de los riesgos geopolíticos que caracterizan a esa región, y que hoy parecen evidentes a nuestros ojos como ya ha ocurrido innumerables veces desde 1973 en adelante.

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