(por Mauro Nicastri, presidente de Aidr) El comercio electrónico y lo digital han jugado un papel decisivo en la contención del colapso del consumo, que debido a la crisis epidemiológica ha registrado importantes reducciones en muchos sectores de productos. Así lo confirman los datos difundidos por muchas empresas e institutos de investigación, de los que se desprende que el comercio electrónico se ha convertido en una práctica cada vez más extendida y que los ciudadanos compran cada vez más productos online. Las encuestas estadísticas realizadas durante la pandemia han mostrado cómo los consumidores han contraído sus gastos, centrándose en las necesidades básicas. Solo el sector de alimentos registró un aumento de volúmenes (en detrimento del sector Horeca), mientras que todos los demás sectores de productos sufrieron drásticas reducciones: plumón y calzado, muebles, libros y periódicos.
Los operadores de comercio electrónico se han fortalecido enormemente y aumentarán su facturación global en Europa este año en unos 14 millones de euros, y solo en Italia en unos 2 millones.
Esta tendencia obliga a las empresas a rediseñar sus modelos de negocio ante un nuevo paradigma cada vez más digitalizado. De hecho, luego de una primera fase dedicada a la "supervivencia" durante la cual muchas empresas han tenido que desacelerar o cerrar, hoy tendrán que revisar sus modelos operativos fortaleciendo su presencia digital a través del desarrollo de su e-commerce o fortaleciendo su presencia. en marketplaces, mejorando su logística y cobertura de última milla, utilizando estratégicamente big data e inteligencia artificial.
El cambio de cada sector empresarial está estrechamente relacionado con la transformación digital que se está produciendo y realizar un análisis del recorrido del consumidor después del coronavirus es ahora un imperativo para abordar lo que los clientes realmente necesitan de las marcas.
Los consumidores conceden cada vez menos importancia a factores competitivos como el precio, el producto o la mejor campaña de marketing. Buscan valores intangibles como la honestidad, la sensibilidad, la empatía y la responsabilidad social. Y es la identificación de estos valores en las marcas lo que tendrá un peso especial en la toma de decisiones de compra lo que determinará la facturación global de la empresa.
Hoy más que nunca, en un contexto de crisis global, que también ha afectado a nuestro país, el comercio electrónico ya no representa una oportunidad, sino que se convierte en una estrategia de salida para las empresas que quieren superar la grave situación económica y competir en los mercados internacionales.