Trabajo en curso sobre las nuevas normas del Pacto de Estabilidad: mayor flexibilidad de la inversión para el crecimiento de la UE

por Francesco Matera

La recta final de toda negociación es siempre la más difícil, ya que implica inevitablemente la necesidad de ceder en algunas posiciones. La fase final de las negociaciones sobre la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento ha sido confiada a los ministros de Finanzas de los 27 países de la Unión Europea, reunidos durante una cena al final del Eurogrupo. El objetivo era llegar a un acuerdo en el marco del Ecofin del día siguiente.

La cena finalizó sobre las 22.00 horas, según informó Corsera, y posteriormente la ministra española Nadia Calviño mantuvo reuniones bilaterales de más de dos horas, que se reanudaron a medianoche. En el centro del debate está el documento de la presidencia española, que esboza siete puntos críticos de la reforma. Esta propuesta se basa en la presentación a finales de abril del informe presupuestario de cada país a la Comisión Europea con un plan de recuperación de la deuda, teniendo en cuenta el gasto público neto. Este plan, de cuatro años de duración, podría ampliarse a siete en caso de inversiones y reformas. La petición de garantías por parte de Berlín, que complicó efectivamente las reglas, llevó a la presidencia española a aceptar las exigencias alemanas, apoyadas también por Holanda y otros países llamados frugales, de introducir salvaguardias con parámetros cuantitativos comunes para la reducción anual de la deuda y para anclar el déficit muy por debajo 4% del PIB.

El ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, declaró que está de acuerdo en un 90% con su colega alemán Christian Lindner sobre las directrices de la reforma del Pacto. Francia aceptó algunos puntos, incluido el mantenimiento de un procedimiento de déficit excesivo y cláusulas de escape de deuda y déficit. Sin embargo, estableció un momento crítico que no cruzará, subrayando que el nuevo Pacto de Estabilidad debe preservar las inversiones cruciales para la competitividad de la UE.

A cambio, Francia pidió una “flexibilidad del 0,2%” en caso de un procedimiento de déficit excesivo, para que los Estados miembros emprendieran reformas e inversiones cruciales. La cuestión del papel del Pnrr en la desviación del ajuste lineal es otro punto de atención para Italia. La reforma requiere unanimidad entre los Estados miembros y, mientras el ministro alemán Lindner se mostró optimista sobre un acuerdo, el comisario europeo Gentiloni expresó con cautela una probabilidad del 51%. La dirigente finlandesa Rikka Puna y el portugués Fernando Medina han señalado que todavía quedan "problemas abiertos" y "trabajo por hacer" para alcanzar un consenso sobre la reforma del Pacto de Estabilidad.

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