Sanciones de Estados Unidos a empresas de Turquía, Emiratos Árabes Unidos y China que apoyan la guerra de Moscú

Editorial

Estados Unidos ha impuesto sanciones a empresas de Turquía, Emiratos Árabes Unidos y China para impedir que la industria de defensa rusa obtenga fácilmente tecnologías sensibles para la continuación de la guerra en Ucrania.

Las medidas involucraron a más de 250 entidades y afectaron a la economía rusa de manera sectorial. También fue sancionada una panadería provincial reconvertida a la producción de drones. El reciente paquete estadounidense fue publicado coincidiendo con la visita del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy a Washington, como señal de apoyo a Kiev en respuesta a los obstáculos políticos de los republicanos en el Congreso que han planteado dudas sobre el futuro de la ayuda militar estadounidense.

Las sanciones afectan tanto a las empresas militares como a las civiles que han decidido apoyar el esfuerzo bélico ruso.

“Continuaremos utilizando las herramientas a nuestra disposición para promover la rendición de cuentas por los crímenes rusos en Ucrania y por quienes financian y apoyan la maquinaria de guerra rusa”Said Antonio Blinken, Secretario de Estado de los Estados Unidos.

De hecho, los aliados de Ucrania están particularmente preocupados por el uso por parte de Rusia de países como Turquía, los Emiratos Árabes Unidos y China para la adquisición de materiales de alta tecnología en el campo de la electrónica de alta gama y los sistemas de precisión.

Las medidas estadounidenses también apuntan a empresas que contribuyeron a la transferencia de municiones y equipo militar desde Corea del Norte. El dictador norcoreano Kim Jong Un cambió su posición a favor de Moscú tras una reunión con Putin en septiembre pasado, suministrando a las fuerzas armadas rusas un número considerable de proyectiles de artillería.

Sin embargo, el principal enfocarte de Estados Unidos son las empresas industriales que tienen su sede en territorio ruso: muchas de las cuales son empresas civiles que se han reconvertido a la producción bélica. El suministro continuo de tecnologías, desde microchips avanzados hasta rodamientos de bolas, ha ayudado a mantener sin cambios la producción de artillería, drones y misiles.

Putin, de hecho, se jactó en una de sus proclamas la semana pasada de que Ucrania depende totalmente del apoyo occidental y, por tanto, está condenada a perder la guerra.

El Financial Times ha revelado que las exportaciones militares de Turquía a Rusia han aumentado significativamente desde que Moscú invadió Ucrania. Es una pena que Turquía sea también un país miembro de la OTAN. Estados Unidos, la Unión Europea, el Reino Unido y otros socios occidentales dicen que estos bienes llamados de “alta prioridad” son artículos de particular valor para la industria armamentística rusa. Incluyen microchips, equipos de navegación y miras de precisión.

El nuevo paquete de sanciones pretende, por tanto, recortar el suministro de materias primas y altas tecnologías útiles para que Moscú produzca sistemas de armas y municiones en su país. Una forma alternativa de frenar y reducir el suministro militar de los países del bloque occidental, lidiando con un desacuerdo y un resentimiento ya no ocultos entre la opinión pública respecto al suministro militar perpetuo a favor de la causa ucraniana.

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