El Dr. Alessandro Zanasi, experto del Observatorio Sanpellegrino y miembro de la Fundación Internacional del Agua de Estocolmo, explica por qué una correcta hidratación es fundamental cuando se practica deporte con bajas temperaturas.
Es bien sabido que los amantes de los deportes de invierno no se detienen ante entornos hostiles y unos pocos grados en el termómetro. Hacer deporte con frío y en circunstancias adversas para el ser humano hace aún más fundamental la correcta ingesta de agua durante la actividad. En este contexto, sin embargo, a menudo se tiende a subestimar este elemento cuando, por otro lado, se multiplican los factores que conducen a una pérdida de líquidos y un necesario aumento del suministro de agua. El Dr. Alessandro Zanasi, experto del Observatorio Sanpellegrino y miembro de la Fundación Internacional del Agua de Estocolmo, explica cómo gestionar la ingesta de agua de forma equilibrada cuando se practica deporte en ambientes más fríos.
El deportista de invierno tiene que enfrentarse a varios problemas, en primer lugar, la gestión de la temperatura corporal. De hecho, los deportes al aire libre se practican a temperaturas que oscilan entre -25 y 5 °C, mientras que los deportes de hielo en interiores se practican a temperaturas entre -5 y 10 °C. Algunas actividades, como el esquí o el alpinismo, además de la baja temperatura también se ven influenciadas por la altitud lo que conlleva un gasto adicional de energía metabólica y de líquidos.
"En estos contextos, muchos factores pueden ayudar al atleta, como llevar ropa adecuada, la ingesta de la cantidad adecuada de calorías y también la hidratación correcta. Practicando deportes de invierno, el cuerpo alcanza altos niveles de sudoración (1 litro por hora más perdido por el frío), aumenta la diuresis provocada por el frío (500 ml de líquidos extra perdidos) y la pérdida de líquidos inducida por la respiración. - explica el doctor Zanasi - En contextos caracterizados por bajas temperaturas tenemos que humedecer el aire para proteger la mucosa de las vías respiratorias, y esto requiere 1-2 litros de agua más al día. Estos elementos contribuyen a la consecución de un balance hídrico negativo similar al que se produce en ambientes cálidos. Además, con el frío, la percepción de la sensación de sed se reduce, por lo que es recomendable tomar cantidades adecuadas de agua para no caer en un estado de deshidratación.."
El nivel de pérdida de líquidos puede variar según el deporte practicado. Por ejemplo, en el esquí nórdico y el biatlón, la pérdida de líquidos durante el rendimiento puede ser muy elevada, equivalente al 1.8% de la masa corporal tras 90 minutos de actividad. Incluso en el hockey sobre hielo, debido al calor que genera el peculiar equipamiento que necesitan los jugadores, los niveles de sudoración son bastante elevados: 1,8 litros por hora. Por lo tanto, es necesario compensar adecuadamente esta falta de líquidos para mejorar el rendimiento: incluso una ligera deshidratación (reducción del 2% de agua en el cuerpo), de hecho, afecta el rendimiento psicofísico de todo el cuerpo.
"A menudo se subestima la importancia de la nutrición y la hidratación en los deportes de invierno. Para solucionar el problema de la pérdida de líquidos, es recomendable, por tanto, controlar el equilibrio hídrico e intentar complementar los líquidos perdidos bebiendo más agua -preferiblemente con un bajo aporte salino porque se asimila más rápido- o incluso bebidas isotónicas que te permitan mantener un mejor control sobre la osmolaridad de la sangre y también reponer otras sustancias importantes para el equilibrio corporal. Con el sudor, de hecho, no solo se pierden líquidos sino también sales minerales, alrededor de 1,5 g por litro. - El Dr. Zanasi continua - Por lo tanto, se recomienda, al final del ejercicio, beber agua con un residuo fijo más alto que permita la recuperación de los niveles de sales minerales en el cuerpo de manera eficiente..