Es fácil asociar la deshidratación con las temperaturas de verano, calurosas y húmedas, cuando la sensación de sed es más evidente, pero incluso el frío puede acelerar este fenómeno de una forma menos visible pero no menos arriesgada. En invierno, la pérdida de líquidos corporales puede ser tan alta como la que se produce en verano, incluso [...]

Leer más