El Estado central compra, pero en uno de cada tres casos no paga

En 2022 impagos a proveedores por 5,4 millones de euros 

En casi uno de cada tres casos, la administración central del estado no pagó a sus proveedores en 2022. Contra 3.737.000 facturas recibidas por un importe total de 20,2 millones de euros, liquidó 2.552.000, correspondiendo a estas sociedades 14,8 millones. Por tanto, 1.185.000 facturas, por un importe total de 5,4 millones de euros, no han sido abonadas. Es decir, el Estado central ha comprado bienes, servicios y realizado obras públicas, pero luego no ha pagado en casi uno de cada tres casos.

Con esta conducta injustificable, la administración estatal ha empujado al abismo a muchas empresas, especialmente a las pequeñas. La denuncia la plantea la Oficina de Estudios de la CGIA que procesó los datos del Tribunal de Cuentas.

Asimismo, como subraya el Tribunal de Cuentas en su informe, en las transacciones comerciales con empresas privadas nuestra Administración Pública (AP) viene adoptando desde hace tiempo una práctica que definir como “diabólica” es quizás un eufemismo; liquida las facturas de mayor monto en los términos de la ley, manteniendo así el Índice de Oportunidad de Pago (ITP) dentro de los límites establecidos por la ley, pero retrasa intencionalmente la liquidación de las de menor monto, penalizando así a las empresas proveedoras de bienes y servicios con volúmenes bajos; es decir, pequeñas empresas.

La Oficina de Investigación de la CGIA desea señalar que los impagos que acabamos de describir no incluyen los imputables a las regiones, entidades locales (provincias, municipios, comunidades de montaña, etc.) y empresas sanitarias. Administraciones, estas últimas, que presentan, especialmente en el Sur, tiempos de pago y deudas comerciales muy superiores a los registrados por el Estado central. Por tanto, la denuncia planteada es, muy probablemente, sólo la punta del iceberg de una mala praxis que, por desgracia, atenaza a toda nuestra AP.

El stock de deuda en cuenta corriente se acerca a los 50 millones

Toda nuestra AP tiene una deuda en cuenta corriente con sus proveedores, en su mayoría pymes, que en 2022 alcanzó los 49,6 millones de euros; prácticamente el mismo nivel que teníamos en 2019, el año previo a la pandemia.

En relación con el PIB, los pagos atrasados ​​en Italia ascienden al 2,6 por ciento. Ningún otro país de la UE27 tiene una incidencia tan alta. En definitiva, a pesar de los esfuerzos, nuestra AP sigue siendo la peor pagadora de Europa. Según Eurostat, de hecho, ningún otro país de la UE tiene peor puntuación que el nuestro.

Estamos cada vez más en el punto de mira de la UE

Con la sentencia publicada el 28 de enero de 2020, el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas afirmó que Italia ha violado el art. 4 de la directiva comunitaria 2011/7 sobre plazos de pago en transacciones comerciales entre administraciones públicas y empresas privadas. Aunque en los últimos años los retrasos medios con los que se pagan las facturas en Italia han disminuido ligeramente, el 9 de junio de 2021 la Comisión Europea incoó un nuevo procedimiento de infracción contra nuestro país, de nuevo por la infracción de la directiva antes mencionada, en relación con el alquiler de equipos de interceptación telefónica y ambiental en el marco de investigaciones criminales. Sin embargo, el 29 de septiembre de 2022, la Comisión agravó el procedimiento de infracción contra Italia y, finalmente, en abril de este año, en relación con una supuesta violación de la Directiva sobre pagos por parte del sistema de salud de la región de Calabria, nos envió una carta de notificación formal.

Las empresas deben compensar las deudas tributarias con las cuentas por cobrar comerciales. Ahora hay proyecto de ley de iniciativa popular

Para resolver esta cuestión milenaria que está poniendo a prueba a muchas PYMES, para la Oficina de Estudios de la CGIA solo queda una cosa por hacer: prever por ley la compensación directa y universal entre determinados créditos líquidos y exigibles devengados por una empresa hacia la AP y las deudas tributarias y de seguridad social que la misma deba honrar con el Fisco. Gracias a este automatismo solucionaríamos un problema que arrastramos desde hace décadas. Y finalmente, existe la posibilidad de llegar a una definición normativa en, con suerte, tiempos razonablemente cortos. De hecho, los Radicales italianos llevan unos días recogiendo firmas (también online) por todo el país para proponer al Senado un proyecto de ley de iniciativa popular que sigue lo sugerido por la CGIA. Para obtener más información, visite el sitio web de Radicali Italiani.

El Estado central compra, pero en uno de cada tres casos no paga